Carlos Canache Mata
En el 2010, Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Venezuela y reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado, y, desde el mes de abril del año 2019, prohibió negociar, en su mercado, el petróleo de nuestro país.
Rusia aprovechó el embargo para suministrar crudo pesado a las refinerías del sur de Estados Unidos, que son aptas para procesar ese tipo de hidrocarburos. Pero, como consecuencia de la invasión a Ucrania, Estados Unidos suspendió las importaciones petroleras rusas.
Recientemente, funcionarios estadounidenses visitaron el país y se reunieron con Maduro, con Guaidó y con representantes de los partidos políticos, para tratar diversos temas, entre ellos, el tema energético. Así lo confirmó un portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, al declarar: “El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética”, y dijo que también trataron la situación de los seis ejecutivos de Citgo detenidos en Venezuela desde el año 2017.
Diversas reacciones ha generado esa visita. Entre éstas, ha surgido la especulación de que se buscaría suplir el vacío petrolero ruso, en el mercado estadounidense con petróleo venezolano, revocando la decisión de abril del 2019.
Los medios de comunicación informaron, el día 14 de este mes de marzo, que un grupo de senadores del Partido Demócrata enviaron una carta al presidente Biden en la que apoyan su decisión de impedir la importación de crudo ruso, pero que “las importaciones del crudo venezolano no deben ser la respuesta, porque reactivar el comercio con Venezuela sería apoyar el régimen de Nicolás Maduro, en tanto que “mantener las sanciones es una forma de apoyar al pueblo venezolano”. Y sugieren buscar alternativas como liberar crudo de las reservas petroleras estratégicas de los propios Estados Unidos, colaborar con los países aliados para aumentar la producción, ofrecer beneficios fiscales y promover las energías renovables.
Por su parte, el gobierno interino de Guaidó publicó un comunicado en el que afirma: “…El levantamiento de cualquier medida de presión, si no está orientado a la democratización, solo fortalecería al autoritarismo que hoy amenaza al mundo. Solo una Venezuela con garantías democráticas, institucionales y de transparencia puede ser un proveedor energético confiable y eficiente para el mundo. De lo contrario, no solo la corrupción, ineficiencia y estado actual de nuestra industria petrolera lo haría inviable, sino que se estaría financiando y fortaleciendo a un gobierno acusado de crímenes de lesa humanidad y que ha generado el desplazamiento de más de 6 millones de refugiados, hecho denunciado por la ONU, como por la CPI”.
Según el investigador Miguel Ángel Martínez Meucci, en las negociaciones en México entre el régimen de Maduro y la oposición democrática, parecía que la agenda inicial era “sanciones por elecciones”, pero que ahora por la guerra de Ucrania y la decisión de EEUU de no comprar petróleo ruso, el intercambio se cambiaría a “sanciones por petróleo”, lo que favorecería la consolidación de la dictadura de Maduro.
Después de la visita de los funcionarios norteamericanos, el régimen de Nicolás Maduro anunció la liberación de dos de los seis presos de Citgo, y Gonzalo Himiob, director y vicepresidente del Foro Penal, declaró: “Estas excarcelaciones se producen después de estas conversaciones que tuvieron lugar hace algunos días, entre algunos representantes de EEUU y representantes del gobierno de Maduro. Revelan que las razones que mantuvieron a estas personas encarceladas son políticas y no jurídicas. Esto se da como un primer ‘gesto’ del poder en Venezuela, pero evidentemente va a tener alguna respuesta o contraprestación por parte del gobierno norteamericano…pero el mensaje que se recibe en Venezuela es que le resulta rentable al gobierno tener presos políticos, porque puede llevarlos a la mesa de negociación”.
Otros importantes analistas de la política nacional e internacional, consideran que el presidente Biden envió una delegación a conversar con Maduro y con la oposición democrática, más que para buscar una sustitución del petróleo que no comprará a Rusia con petróleo venezolano, fue “para alejar a Maduro de Putin” y tratar temas de interés mutuo.
Como se ve, las implicaciones petroleras de la invasión rusa a Ucrania son susceptibles de variadas percepciones e interpretaciones.