Miles de personas se sorprendieron al enterarse, mediante un artículo de la BBC, que la Iglesia de Inglaterra es copropietaria de la canción “Single Ladies” de Beyoncé, la famosa “Umbrella” de Rihanna y el éxito “SexyBack” de Justin Timberlake.
Aunque suene descabellado, la institución es uno de los cientos de inversionistas de una compañía llamada Hipgnosis, que durante los últimos tres años ha estado adquiriendo uno a uno los derechos de miles de canciones exitosas.
Hasta ahora, ha gastado más de 1.000 millones de dólares en música de Mark Ronson, Chic, Barry Manilow y Blondie.
Su última adquisición es el catálogo de canciones de LA Reid, lo que significa que tiene participación en temas como “End Of The Road” de Boyz II Men’s, “I’m Your Baby Tonight” de Whitney Houston y “Don’t Be Cruel” de Bobby Brown.
Cuando esas canciones se reproducen en la radio o aparecen en una película o programa de televisión, Hipgnosis gana dinero. Y también sus inversores como son la Iglesia de Inglaterra y las gestoras de fondos Aviva, Investec y Axa.
Según el fundador de Hipgnosis, Merck Mercuriadis, la música que ha comprado es “más valiosa que el oro o el petróleo”. “Estas excelentes y exitosas canciones son muy predecibles y fiables en sus fuentes de ingresos. Si tomas una canción como “Sweet Dreams” de Eurythmics o “Livin ‘On A Prayer” de Bon Jovi, estás hablando de tres o cuatro décadas de ingresos seguros”.