El poderoso huracán Laura dejó 10 fallecidos en Luisiana y cinco en Texas, estados en los que además miles de personas quedaron sin electricidad y agua.
Las autoridades atribuyeron la mitad de los decesos a envenenamiento por monóxido de carbono debido al mal estado de generadores de electricidad dentro de las viviendas. Las últimas víctimas mortales son un hombre de 84 años y una mujer de 80, vecinos de Allen Parish (Luisiana), que murieron envenenados por ese gas debido.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, aseguró que Laura es el huracán que ha golpeado con más fuerza al estado en toda su historia, lo que significa que supera el impacto de Katrina, que en 2005 pasó por Luisiana como una tormenta de categoría 3.
El viernes, Edwards explicó que el huracán Laura ha dejado inundaciones de hasta 4,5 metros de altura.
El Departamento de Salud de Luisiana estima que más de 220.000 personas están sin agua y ha avisado que la restauración de ese servicio puede llevar semanas o meses, mientras que la reconstrucción completa de los edificios dañados podría prolongarse años.
Entretanto, la web especializada Poweroutage estima que 412.000 personas están sin electricidad en Luisiana y 79.7000 no tienen servicio eléctrico en Texas.
Los daños en Luisiana están valorados entre 8.000 y 12.000 millones de dólares, de acuerdo a las compañías de seguros, que ya han empezado a recibir peticiones.
En Texas, el huracán ocasionó el cierre de plataformas petroleras y una reducción del 84% de la extracción de petróleo en el Golfo de México, lo que supone casi el mismo impacto que sufrió la producción durante el huracán Katrina hace 15 años, cuando hubo una reducción del 90%.
Además, se registró un incendio en una planta petroquímica cerca de la localidad de Lake Charles (Luisiana) y en donde los bomberos seguían combatiendo las llamas a última hora del viernes.
Se trata de una planta industrial que fabrica productos a base de cloro y que tras estallar en llamas emitió una amplia humareda tóxica, por lo que las autoridades instaron a los residentes a ponerse a cubierto, cerrar ventanas y puertas y no poner el aire acondicionado.