Huellas de la tragedia de 1999 “siguen vivas” en Marapa Piache

* Vecinos piden remover y recoger los escombros que una vez fueron viviendas

Luisana Brito.- Dieciséis años han transcurrido de aquella inolvidable y nefasta “tragedia de 1999”, cuando las lluvias se precipitaron en nuestra entidad, sin cesar, durante tres días consecutivos, provocando que los ríos de la región se desbordaran, arrastrando todo lo que se encontraba a su paso, dejando como resultado, familias desintegradas, decenas de desaparecidos, pérdida de viviendas y gran cantidad de personas desamparadas y heridas.

Debido a este desastre natural, algunos varguenses se vieron en la necesidad de migrar hacia otros estados para restablecer sus vidas y para tratar de dejar atrás los horrores vividos, sin embargo, aún en los actuales momentos, “la tragedia” ha dejado traumas en la población difíciles de olvidar.

El camino a la reconstrucción ha sido un proceso complejo y lento; lleno de altos y bajos. Tal es el caso del río de Marapa Piache, en Catia la Mar, donde para los habitantes del sector, el recuerdo se mantiene intacto. En un recorrido por el lugar, vecinos contaron su experiencia y narraron cómo, poco a poco, vieron derrumbarse estructuras, que alguna una vez, fueron viviendas.

Declaran primera alerta de lluvias

Según los afectados, el cinco de diciembre, Protección Civil declara la primera alerta de lluvia en todo el estado, luego de cinco días de lluvias dispersas, y para ese entonces, ya unas 200 casas habían sido afectadas. Posterior a esos días, llega el 15 de diciembre, también conocido como “el día en que la montaña avanzó hasta el mar”.

“Nunca podremos olvidar aquellas montañas y el cielo oscuro, negro como la noche; parecía como si las nubes nos fuesen a caer encima. Las gotas de lluvia eran gruesas y pesadas. Al principio del mes, no pensábamos que los resultados iban a ser tan severos. El río de Marapa fue uno de los que causó más estragos, al igual que San Julián, en Caraballeda”, explicó Oswaldo Fumero.

121215-oswaldo-fumero-jd

Narró, con sentida emoción, cómo la desesperación de los vecinos comenzaba a causar furor, ya que buscaban la manera de ayudar a quienes más lo necesitaban, sobre todo a los menos favorecidos, que quedaron atrapados sobre los techos.

“El 15 de diciembre en la noche, aumentó el nivel del agua e hizo que creciera el caudal del río, formando corrientes de lodo que bajaron de la montaña, atacando sin piedad y devastando todo a su paso, como casas, muros, postes de luz; siendo arrastrados o sepultados por enormes rocas que no imaginamos dónde estaban ubicadas. Mi familia y yo salimos con lo único que teníamos en ese momento; shorts, camisa y zapatos de goma”.

Aún el 16 de diciembre las lluvias continuaban

Pese a que durante el 15 de diciembre las lluvias fueron constantes, para el 16 las precipitaciones continuaban. Nadie se explicaba de dónde salía tanta agua, y aún así, vecinos buscaban la manera de salir de sus casas, trepando de un lado a otro, con la ayuda de cuerdas amarradas en ambos extremos.

En la actualidad, la tranquilidad y belleza de las calles del sector se esfuman, cuando se cuela en la mirada de sus pobladores, el dolor por el recuerdo de las pérdidas sufridas; evidenciables en las ruinas de las antiguas viviendas, escondidas entre los enormes matorrales; en las paredes rotas, representativas de hondas heridas que aún yacen en ellos, marcas dejadas por aquél líquido vital, que bajó del cielo para lacerar nuestras montañas y recuerdos.

“En esas navidades, la comunidad estaba alegre por las fiestas decembrinas, pero nunca llegamos a pensar que esta tragedia causaría tantos estragos. Llovió por mucho tiempo, y el río no paraba de correr. El cerro vibraba, como si estuviera temblando por la presión del agua”, contó Felicia Rodríguez, quien cree que si se hubiese movido del lugar, quizás la avalancha de lodo y piedras, se hubiese llevado a su familia también, como a los otros.

Salvados por Protección Civil

Cuando la lluvia lo permitió, y con todas las vías de acceso trancadas por derrumbes, se inicia la ayuda por aire en toda la región. Los niños y las personas mayores son los primeros en ser rescatados. Sin embargo, los servicios meteorológicos de Venezuela, Brasil y Estados Unidos confirman que las lluvias continuarán en la zona por los próximos días y que las mismas disminuirán de intensidad.

“Al llegar los funcionarios de Protección Civil, vimos una luz al final del camino. Era impresionante ver la cantidad de helicópteros que sobrevolaban las casas para rescatar a los que aún quedaban atrapados sobre las platabandas”, explicó Fumero.

La recuperación de los espacios quedó en “veremos”

Hay quienes  señalan que la recuperación ha sido muy lenta y que no se aprendió nada del desastre, pues han construido en terrenos declarados inhabitables. La obra de embaulamiento del río Marapa Piache, que comenzó a ejecutarse en el 2013, fue paralizada en diciembre del 2014 por falta de presupuesto, según declaró Tivaldo Báez.

121215-baees-jd

Se pudo conocer que los trabajos llegaron hasta el sector Piache 2, mientras que en otras zonas, la construcción quedó a media máquina, e incluso manifestaron que en algunas zonas, los terrenos se están deslizando. “Cuando llueve fuerte estamos atentos y de una vez le hacemos el llamado a Protección Civil, porque cuando el río suena, es porque piedras trae”.

Falta-embaular-ACH

Báez agregó que en los alrededores del río, hay muchas viviendas que deben ser derrumbadas para que la obra pueda continuar. “Tienen que reubicar a todas esas familias, para que el proyecto pueda arrancar como se debe. Yo estoy inscrito en todas las misiones relacionadas con las viviendas, pero aún no me llaman, mientras tanto, tengo que meterle mano a lo que el río me dejó”. LB/ mp

Quedan-restos-ACH

¿Alguna denuncia o solicitud? Dilo aquí