Como “una guillotina”, califican los choferes que cubren la ruta Catia la Mar – Caraballeda, el transitar por la principal de Caraballeda, a escasos metros del supermercado Roca Azul, ya que la vía está repleta de huecos y baches que carecen de señalización.
Hacen un llamado Infravargas para que asfalten lo más pronto posible, pues están cansados de invertir dinero en el mantenimiento del tren delantero y cambio de cauchos.
Explican que el estado deplorable de la vía se debe a los constantes derrames de aguas, tanto blancas como servidas, producto del colapso de las tuberías, lo que ocasiona que la capa asfáltica se levante poco a poco.
“Después de la vaguada del 99, estas vías quedaron en total abandono. Hace menos de cuatro meses colocaron un asfalto que no duró ni un mes”, expresa Rafael Monasterio, conductor de la General Soublette.
Responsabiliza a Hidrocapital de esta situación. “Primero deben resolver la problemática del agua para que luego recuperar la avenida. Además, deben mejorar la calidad de los materiales con los que trabajan, porque esta situación no solamente sucede aquí”. LB/ep