Human Rights Watch (HRW) denuncia una «brutal estrategia de represión» del Gobierno cubano tras las protestas del 11 de julio, con al menos 130 casos de detenciones arbitrarias, maltratos y juicios falsos.
Juan Pappier, investigador para las Américas de HRW, subrayó que esa estrategia tiene como objetivo «infundir miedo» y lamentó que los cubanos hayan sido «sistemáticamente detenidos, incomunicados, sometidos a abusos en condiciones carcelarias nefastas, y juzgados en procesos que son una verdadera farsa».
José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, subrayó en un comunicado que la organización humanitaria se basó para elaborar este informe en documentos judiciales y en más de 150 entrevistas con víctimas y familiares, activistas y periodistas realizadas entre julio y octubre, reseñó Deutsche Welle.
Vivanco presentó hoy los resultados de la investigación en la universidad Miami Dade College, al cumplirse 100 días del estallido en las protestas en la isla, bajo el control del Partido Comunista desde hace 62 años.
Palizas oficiales, jueces cómplices
Los 130 casos de violaciones de derechos humanos están relacionados con detenciones arbitrarias, maltratos y procesos penales abusivos a cargo de la seguridad del Estado, las fuerzas militares, la policía nacional y las «boinas negras», detalla el informe.
Subraya que las «brigadas de respuesta rápida», que son grupos de civiles organizados por el gobierno, «estuvieron implicados en varias golpizas». Además, detalla que los «jueces y fiscales, que en Cuba no tienen ninguna independencia respecto del gobierno, facilitaron procesos penales abusivos y participaron en ellos».
Según HRW, el 19 de agosto pasado las autoridades cubanas informaron que 67 personas habían sido condenadas en relación con las protestas, en su mayoría a entre 10 meses y un año de cárcel, aunque algunos fueron enviados a reclusión domiciliaria tras apelación o fueron liberados después de pagar una multa. HRW señala además que «varios manifestantes parecen haber contraído el virus en detención».
«Muchos detenidos fueron sometidos a celdas oscuras, hacinadas e insalubres con escaso acceso a agua limpia o mascarillas para evitar la propagación del coronavirus», indica el informe.