Reconocida como la Patrona de Venezuela, Nuestra Señora de Coromoto lleva el nombre del cacique a quien se mostró. Es la encargada de enseñar el valor de la familia y se le adjudican múltiples favores y milagros.
Aunque el 8 de septiembre se conmemora su aparición, es el 11 cuando se lleva a cabo la festividad en todo el país, día en que el Papa Pío XII realizó su coronación canónica hace 68 años.
Se dice que su primera aparición fue en 1651 en Guanare, estado Portuguesa, cuando el indio Coromoto, cacique de los indios Cospes, caminaba con su esposa por la selva y al llegar a un riachuelo quedaron sorprendidos ante la presencia de una hermosa señora que caminaba sobre el agua con un niño en brazos.
Su rostro reflejaba el amor más puro y, al acercarse, ella les habló en su propia lengua y les pidió que se bautizaran para ser salvados.
Pero Coromoto no hizo caso al primer llamado y la Virgen volvió a aparecerse, esta vez en su choza. El cacique, desubicado e incrédulo de lo que estaba viendo, cogió una flecha y la apuntó para matarla, pero al ver que aquella señora de tan inigualable belleza se acercaba lanzó la flecha e intentó empujarla, pero ella desapareció, dejándole en la mano un pequeño pergamino con su imagen grabada.
El cacique Coromoto al ver que la Señora no había logrado nada con él, huyó a la selva, donde lo mordió una serpiente venenosa, y entonces fue cuando comenzó a pedir el bautismo.