Amy Torres, amytorreslaverdad@gmail.com.- “Todos los jueces de la República, en el ámbito de sus competencias y conforme a lo previsto en esta Constitución y en la ley, están en la obligación de asegurar la integridad de esta Constitución”.
Así lo establece el artículo 333 de la Carta Magna y, además, se ha convertido en la bandera de quienes hacen valer la balanza de la justicia desde la sede del Circuito Judicial Penal de Vargas.
El doctor Jaime Velásquez, presidente del circuito, aprovechó de llamar a los administradores de justicia que hacen vida en el estado a mantener el apego irrestricto a la Constitución. Para un juez, dijo, es de suma importancia estar casado con el ordenamiento jurídico.
Con 21 años de graduado y tres postgrados, manifestó sentirse orgulloso de su quehacer y de todo el personal a su cargo, que han situado el sistema de justicia que se aplica en Vargas como un ejemplo para el resto de las regiones. De allí que aseguró sin titubeo que acá no hay jueces incursos en ningún tipo de responsabilidad penal.
No por ello dejó de exhortar a los jueces penales, civiles, a los de ejecución y de juicio, también de protección en materia del adolescente y de violencia de género a mantenerse actualizados.
“La forma de hacerlo es aplicando el principio de la jurisprudencia que emana del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en sus diferentes salas, aunque es de aplicación inmediata las emanadas de la Sala Constitucional. Son vinculantes para nuestras decisiones en materia civil y penal”.
Cero asuntos pendientes
Sobre los más de 32 mil expedientes que Velásquez recibió cuando le encomendaron la conducción del circuito en noviembre de 2015, detalló que la cifra la llevó a cero en menos de un año de la mano de 10 jueces itinerantes.
“Hemos generado respuesta oportuna y por eso me siento orgulloso del personal. Vargas ha sido vanguardia en la administración de justicia”.
Dijo que están recibiendo únicamente los expedientes que son enviados por el Ministerio Público.
No debe ni puede haber discriminación
El presidente del Circuito Judicial Penal de Vargas recordó que una cualidad sine qua non de un juez es decidir en base a los elementos que consten en el expediente y la investigación, a pesar de que la Constitución establece que no se puede sacrificar la justicia por formalismos inútiles.
Señaló que “no podemos discriminar de ninguna forma porque todos somos iguales ante la ley. Hay que ser contundentes en la aplicación del derecho”.
Casado con una jueza y padre de dos varones y una hembra inclinados por la justicia también, Velásquez exaltó el servicio y profesionalismo de sus colegas y compañeros de labores.
Aprovechó también de invitar a las nuevas generaciones que se forman para ser jueces a tomar el camino de la rectitud, “porque mañana serán ustedes quienes asuman las banderas de la responsabilidad y la imparcialidad”.
Ramón Martínez: No me gustan
las desigualdades
Inició como asistente del tribunal y en la actualidad luego de 30 años se desempeña como juez segundo de control. Casado y con dos hijos –hembra y varón-, Ramón Martínez Antillano es además licenciado en Historia por la UCV.
Indicó que decidió ser juez porque “es una carrera loable. Siempre me ha justado darle a cada quien lo que le corresponda, de acuerdo a la jurisprudencia romana. Ese gusto por administrar justicia lo tuve de niño; no apoyaba las desigualdades”.
Entre las cualidades que debe tener este profesional, puntualizó: honestidad, preparación, humildad en el trato y atender bien a los justiciables.
Con orgullo contó que su carrera judicial ha servido de inspiración para su familia, en este caso para su hermana que se acaba de graduar como abogada.
Roraima Medina quería ser veterinaria
“Ser juez es una misión muy importante porque se tiene en nuestras manos la potestad sobre la libertad de una persona. Es mucho lo que se debe evaluar, por lo que hacemos un esfuerzo por dar cumplimiento fiel a las leyes”.
De esta forma se refirió la jueza Roraima Medina, uno de los tres jueces que integran la Corte de Apelaciones de Vargas y quien suma más de 29 años de servicio.
Subrayó que la ética profesional de un juez debe apuntar a querer hacer las cosas bien. “Cada caso es particular. Por ello se debe ser honesto, responsable y querer lo que se hace, porque se nos exige mucho”.
Madre de un niño de 12 años y una joven de 28 años, que se graduó como comunicadora social pero que recién está incursionando en el derecho, Medina declaró que estudió la carrera para complacer a sus padres, pues su inclinación era ser veterinaria. “Después comencé como asistente y aquí sigo”.
La jueza invitó a quienes deseen dedicarse a esta carrera a tenerle amor, “por todo el trabajo que se hace. Estar aquí es ir más allá de lo que el Poder Judicial te pide”.
“En Vargas todo el personal somos muy unidos. A ellos también nuestra salutación porque nos apoyamos unos a otros”.