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Hoy se cumplen 29 años del Caracazo que estremeció al país

 

*Líderes de la izquierda radical alimentaron la subversión

 Laura De Stefano

Durante diez días Venezuela fue sacudida por un espiral de violencia que comenzó el 27 de febrero de 1989 de forma simultánea en Guarenas, Guatire, Caracas y las principales ciudades conocido como el Caracazo o sacudón. Los comercios fueron saqueados y el país se vio sumergido en un caos general.

Para el historiador y presidente de la Sociedad Bolivariana de La Guaira, Rubén Contreras, fueron muchas las causas que originaron tal acontecimiento. La principal fue la decision del presidente Carlos Andrés Pérez de aumentar en 0,25 céntimos de Bolívar la gasolina como parte del Plan de Ajustes, el cual incidiría en todo lo pertinente al transporte.

 

“Recordemos que veníamos de un lustro de gobierno presidido por Jaime Lusinchi, en cual no se tomaron las medidas político administrativas con los organismos nacionales e internacionales, inherentes a los ajustes correspondientes para la buena marcha de la administración pública”.

 

Señaló que sus ministros de información, Alberto Federico Ravel y Carlos Croes,  actuaron como los magos de oz, disfrazando cifras y situaciones político-sociales, de tal manera, que incidió en el represamiento de las soluciones a las demandas planteadas por los sectores productivos, laborales, empresariales y profesionales entre otros, creando así un caldo de cultivo, que fue aprovechada por grupos de la extrema izquierda y de la guerrilla urbana.

 

Manifestó que este aumento estaba incluido dentro del acuerdo que estaba negociando la República, representada en ese momento por Pedro Tinoco presidente del Banco Central de Venezuela, Eglé Iturbe, ministro de Hacienda y Miguel (paquetico) Rodríguez, ministro de Cordiplan con el Fondo Monetario Internacional.

 

“Dada la mora en esos acuerdos, por la inoperancia de Jaime Lusinchi al frente de la cosa pública, era menester obtener dinero fresco para que CAP pudiera cumplir con los compromisos contractuales expuestos en su campaña presidencial y en su propuesta conocida como El Gran Viraje”.

 

Recordó que el pueblo todavía no conocía el acuerdo ese 27 de febrero de 1989, ya que el mismo se firmó el 2 de marzo siguiente y comprendía entre otros temas: política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal y mejoras de los servicios, públicos.

 

Pero, algunos partidos y líderes de la izquierda radical venían trabajando en densos sectores populares, alimentando la subversión y con el referido aumento se aprovechó el momento para iniciar la protesta contra el gobierno de Pérez de una manera sincronizada, de tal forma que cuando esta se iniciase en la ciudad dormitorio de Guarenas, inmediatamente se continuase en otras ciudades del interior de país, así como en Caracas, especialmente en los sectores de Petare, Catia, San Agustín, San Martín, Santa Rosalía, entre otros.

 

“El país vivió dos días de tensión extrema, ya que los saqueos a comercios de variados tipos se generalizó, sin respetar la propiedad privada, motivo por el cual el Estado tuvo que aplicar el Plan Ávila e imponer prácticamente un toque de queda”.

 

Contreras señaló que allí jugo un papel preponderante el general Italo del Valle Alliegro, ministro de la Defensa, quien actuó con la entereza profesional de un militar institucional que veló por la seguridad del estado de derecho para mantener el hilo constitucional de una manera democrática y armónica.

 

Muchas variables

“Obviamente que después de 29 años, podemos conjeturar muchas variables acerca de las causas y consecuencias que produjeron y resultaron de ese 27 de febrero, y hoy podemos decir que el país confrontaba problemas en variados órdenes. Pero debemos reconocer, que el principal recurso que alimentaba la red pública, el petróleo, prácticamente se mantenía estático en su precio, el cual rondada entre los 14 y 20 dólares por barril y en algunos momentos estaba por debajo de diez dólares, y el presupuesto de la nación oscilaba en unos 15 mil millones de dólares anualmente. Además el petróleo aumentaba periódicamente con los conflictos bélicos en el medio oriente, no existía el Seniat (creado en el segundo gobierno de Caldera) y China e India no habían hecho su insurgencia en el mundo industrializado y no demandaban tanto petróleo como lo iban a hacer a partir del año 2000”.

 

Recalcó que el hecho de depender de la renta petrolera y de no tener una economía diversificada, generaba preocupación en los sectores académicos, empresariales e industriales, quienes abogaban por ubicar perfiles diferentes que permitieran la promoción de nuevas actividades de emprendimiento dentro de la justicia de oportunidades que requerían los venezolanos para avanzar hacia niveles de desarrollo.

 

Pero a pesar de esto, teniendo el petróleo un bajo costo en el mercado mundial, el Estado jugaba a ganar en cuanto a preservar la estabilidad de la República, procurando la gobernanza con el sector laboral, empresarial y social. Existía la tripartita, mediante acuerdos y ajustes racionales que no incidieran en desajustes presupuestarios, mientras se lograban los acuerdos macroeconómicos con el Fondo Monetario Internacional.

 

No niega que hubo excesos en cuanto al uso de la fuerza pública los días señalados, a lo mejor fue un mal necesario, ya que de alguna manera se debía contener los desmanes ocurridos y alimentados por los dirigentes radicalizados así como de sectores de la población que reclamaban soluciones a los problemas confrontados y que estuvieron represados durante años sin respuesta por parte del Estado.

 

Sin embargo, de ello se derivó la creación del Comité de Familiares de la Violencia, Cofavic, que jugó un papel determinante en cuanto a la denuncia de los atropellos cometidos contra sectores de la población  esos días, llevando la denuncia a la Corte Interamericana de los derechos Humanos que condenó la actuación del estado venezolano, comprometiéndose este a resarcir pecuniariamente a las familias de las víctimas que sufrieron diversos atropellos.

 

“Hoy a 29 años de dicho suceso, podemos decir que en esa oportunidad se dio una protesta organizada por factores políticos que incentivó la espontaneidad de otros, generando un conflicto social que todavía se está estudiando y conociendo sus causas y efectos. Pero hoy día, en 2018, el país atraviesa una situación sumamente delicada por la destrucción sistemática de todos sus estamentos, llevada a cabo por una caterva delincuencial que nos ha convertido en un narco estado por sus conexiones con la Cosa Nostra y la guerrilla fundamentalista y que se ha apoderado del Gobierno en todos sus  niveles sin tener políticas, proyectos y  orientaciones,  llevando a Venezuela al mayor fracaso gubernativo que nos pone como vitrina ante el mundo, cuando se muestran los ciudadanos comiendo de la basura así como a los enfermos renales exigiendo su diálisis y a los neonatos en los hospitales públicos en cajas de cartón”.

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