Hace exactamente un año, durante una abarrotada rueda de prensa que hoy parecería imposible, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el covid-19 era una pandemia.
Algunos dicen que esa declaración llegó demasiado tarde, facilitando el caos y las dificultades que seguirían a lo largo del año siguiente, con la mitad de la humanidad bajo las restricciones del virus apenas un mes después.
«A principios de enero sabíamos que se trataba de una pandemia y muchos de nosotros lo decíamos públicamente», dice Michael Mina, profesor adjunto de epidemiología en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard.
«En el momento en que vimos que el virus se estaba extendiendo por todo el este de Asia, el sudeste asiático y hasta Oriente Medio, todo ello a las pocas semanas de su descubrimiento, deberíamos haberlo declarado como virus pandémico. No lo hicimos; el mundo no lo hizo y para mí eso fue el comienzo de la inacción como respuesta», añadió.
Cuando se declaró el covid-19 como pandemia el pasado marzo, había más de 118.000 casos confirmados del virus en 114 países y más de 4.000 muertes. Muchos países europeos se cerraron esa misma semana ante el aumento de las hospitalizaciones.
Exactamente un año después, hay más de 117 millones de casos y 2,6 millones de muertes en todo el mundo, lo que supone un aumento del 99.000% en el número de infecciones.
Muy tarde
Sin embargo, la declaración del 11 de marzo de 2020 se hizo sin bombo y platillo -en perspectiva, menos del necesario- y el director general de la OMS advirtió sobre el uso del término «pandemia».
«Pandemia no es una palabra que se use a la ligera o sin cuidado», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, defendiendo su llamamiento porque los casos se habían multiplicado por 13 en dos semanas y el número de países afectados se había triplicado. «Es una palabra que si se usa mal puede causar un miedo irracional o una aceptación injustificada de que la lucha ha terminado, lo que lleva a un sufrimiento y una muerte innecesarios».
Algunos expertos han denunciado el error de no haber declarado el covid como pandemia desde el principio. “La OMS se quedó un poco atrás: demasiada cautela y poca precaución”, dice Gian Luca Burci, exconsejero legal de la OMS y actual del Instituto de Graduados de Ginebra. “En épocas de pánico, de crisis y demás, habría sido mejor un poco de osadía”.
Se considera una pandemia cuando la propagación de una nueva enfermedad se produce a nivel mundial o hay riesgo de que una nueva enfermedad se propague a nivel mundial. La primera pandemia del siglo XXI fue la de la gripe H1N1 entre 2009 y 2010. Se estima que el virus causó entre 100.000 y 400.000 muertes en el primer año, según la OMS.
La peor pandemia del siglo XX, por su parte, fue la de la gripe española de 1918, que se calcula que mató a entre 20 y 50 millones de personas en todo el mundo.
La OMS declaró la pandemia más de un mes después de declarar el covid-19 como emergencia de salud pública de interés internacional (Pheic) el 30 de enero de 2020. En ese momento, había menos de 100 casos y ninguna muerte fuera de China, según la OMS.
Muchos expertos han afirmado que los primeros errores a nivel mundial, como la falta de pruebas PCR y la falta de equipos de protección para los médicos, contribuyeron a la rápida propagación del virus en varios países durante el mes de febrero.
El covid-19 fue la sexta epidemia declarada como Pheic o emergencia sanitaria de preocupación mundial según el Reglamento Sanitario Internacional de 2005 de la OMS. Las anteriores Pheic incluyen el H1N1, la poliomelitis de tipo salvaje, el ébola (en 2014 y 2019) y el virus del Zika.
Errores en el camino
Algunos expertos dicen que varios errores de la OMS salieron muy caros, porque la organización sigue demasiado apegada a la ciencia “blindada”, en vez de tomar algunos riesgos calculados para proteger mejor a la gente, como habría sido impulsar el uso del tapabocas o apuntar a la propagación por aire del virus.
“Sin duda, la reticencia de la OMS al uso de barbijo costó muchas vidas”, dice la doctora Trish Greenhalgh, profesora de atención médica primeria de la Universidad de Oxford y miembro de varios comités de expertos de la OMS. El organismo recién recomendó el uso regular de tapabocas en junio, mucho después que otras agencias de salud y que los gobiernos de infinidad de países.
Raymond Tellier, profesor adjunto de la Universidad McGill, Canadá, especialista en coronavirus, dice que la continua reticencia de la OMS a reconocer la frecuencia de propagación por aire del Covid-19 puede volverse todavía más peligrosa con la llegada de nuevas variantes supercontagiosas del virus, identificadas por primera vez en Gran Bretaña y Sudáfrica. “Si las recomendaciones de la OMS no son sólidas, la pandemia puede terminar durando mucho más”.