Este lunes se celebra el Día de los Santos Inocentes, o simplemente Día de los Inocentes, una fecha de origen religioso conocida por la tradición de hacer bromas de toda clase.
La conmemoración de esta fecha es considerada una tradición pagana-religiosa que originalmente honró a los cientos de niños que según la Biblia fueron asesinados en Belén por órdenes del rey Herodes.
De acuerdo con el Nuevo Testamento, San Mateo explica cómo los Reyes Magos llegaron a Jerusalén y se presentaron ante Herodes manifestándole que iban en busca del futuro rey de los judíos que acababa de nacer.
Herodes, desconfiado y temeroso de perder su poder, pidió a los tres sabios que fueran en busca de este niño y que volvieran con información de su paradero.
Ante esa petición, los sabios se negaron, por lo que el emperador mandó un grupo de soldados a Belén a matar a todos los niños menores de dos años.
El porqué de las bromas
En cuanto a por qué se hacen bromas para una conmemoración que tiene que ver con un crimen, hay que remontarnos a la Edad Media, cuando el presumible luto se convirtió en jolgorio.
Cuando la Iglesia Católica se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, reemplazó progresivamente las fiestas paganas por celebraciones cristianas.
Fue así como en la Edad Media la conmemoración del Día de los Inocentes se fusionó con un rito pagano conocido como La fiesta de Los Locos (La fête de Fous) y que era celebrado en los días entre Navidad y Año Nuevo.
Durante dicho festejo, en Francia, Alemania, Inglaterra y otros países europeos, los clérigos, diáconos y sacerdotes entraban enmascarados en los templos, vestidos de bufones o con trajes de mujeres y cantaban y danzaban.
Así las cosas, las bromas del Día de los Inocentes están relacionadas con la diversión de La fiesta de Los Locos.