La milicia chiita libanesa de Hezbolá confirmó la muerte de su líder, Hasan Nasralá, luego de una serie de bombardeos dirigidos por Israel hacia Beirut, la capital del Líbano. Se trata de la baja más importante del dirigente de uno de los principales grupos que prometió destruir a Israel.
“Nasralá se reunió con sus compañeros mártires (…), cuya marcha encabezó durante casi treinta años”, expresó el grupo en un comunicado, precisando que se trató de “un traidor bombardeo sionista en la periferia sur de Beirut”.
Las autoridades de Israel confirmaron el deceso previamente, indicando que Nasralá se encontraba en el cuartel general de la milicia, ubicado en un subterráneo de los suburbios del sur de Beirut.
Crecen las tensiones.
El ataque no solo fue rechazado por Hezbolá, sino por Irán, país al que se le ha adjudicado parte de la financiación de este grupo considerado como terrorista.
“La comunidad internacional no olvidará que la orden de este ataque terrorista fue emitida desde Nueva York y los estadounidenses no pueden eximirse de complicidad con los sionistas”, dijo Masud Pezeshkian, presidente de Irán.
Según Pezeshkian, la orden del bombardeo se dio desde esta ciudad, donde se encontraba de visita el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.