Rodolfo Ruiz
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Los comerciantes sufren las consecuencias de la crisis y el desequilibrio económico y muchos negocios se han ido a la quiebra y aquellos que aún se mantienen ponen los precios de sus productos en dólares para intentar escapar de la devaluación constante del bolívar.
Por otra parte están los consumidores, muchos de los cuales viven el día a día haciendo magia para sobrevivir, ya que es imposible adquirir alimentos con sueldos simbólicos en bolívares y tiene que enfrentarse a precios inalcanzables en dólares.
Para la profesora Jenny Regalado es imposible sobrevivir con un sueldo de 13 millones de bolívares, es decir 4 dólares. “Hoy logré comprar en Maiquetía un paquete de papel sanitario en Bs. 3.400.000; 300 gramos de queso en 2.800.000 y el resto lo compré en yuca. ¿Cómo cree el Gobierno que un docente puede alimentarse y cubrir sus necesidades así? No quiero imaginarme cómo hacen mis colegas que tienen un nivel inferior al mío, pues yo tengo el nivel 6 y gano 4.000.000 (1.26$) más que ellos”.
Señala que los docentes deberían ganar 600 dólares porque todos los productos los ofrecen en esta divisa. “El sueldo debe cubrir todas las necesidades básicas, pues además de la comida hay que comprar artículos de higiene personal, pagar servicios”.
Manifiesta que “muchos colegas han sufrido en esta pandemia porque ni el HCM ni el funerario cubren las deudas”.
Para el gremio de Salud la lucha es cuesta arriba
La enfermera Yanet González se sorprendió al ver Bs. 31.000.000 en su cuenta y decidió salir a realizar un mercado encontrándose con que los comerciantes habían aumentado los precios.
“Solo pude llevar medio kilo de carne en 7.000.000; un kilo de picadillo de pollo en 7.500.000; un kilo de queso en 8.000.000 bolívares, una harina pan 3.000.000, un arroz 4.000.000, quedándome 1.500.000 para pagar el pasaje diario de mi casa al hospital”.
Peor lo pasan sus colegas que trabajan en el Seguro de La Guaira. “Allí los enfermeros están por debajo del resto, ya que solo cobran 12.000.000 quincenales. El caso es que todos estamos haciendo magia y no es solo en nuestras casas, sino que debemos remendar los uniformes y envolver con teipe los zapatos despegados”.
«Es dura la situación, el salario y los constantes aumentos en los productos solo te mantienen concentrado en qué puedes comer para poder sobrevivir”.
El doctor Bernardo Guerra expresa que desde hace varios años el poder adquisitivo de los médicos se desintegró. “Con mi sueldo de 4 dólares, que equivalen hoy a 12.411.984 bolívares, solo puedo comprar medio cartón de huevos en 4.600.000 y un kilo de queso. Termino pidiendo prestado para comprar una harina Pan”.
Manifiesta que muchos de sus colegas se han visto en la obligación de buscar trabajos alternativos. “Se han convertido en vendedores, otros emigran, ya que esta maravillosa profesión aquí no es valorada”. Añade que según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda), un trabajador debe cobrar por lo mínimo 280 dólares.
«Comerciantes no tenemos la culpa de los aumentos»
Los comerciantes hacen lo posible por mantener sus precios, pero no pueden, ya que sus proveedores aumentan semanalmente. Muchos han reducido su stock y otros simplemente se fueron a la quiebra porque se dieron por vencidos.
Adán Ávila tiene más de 20 años dedicado a la venta de alimentos y señala que se vio en la obligación de poner los precios de sus productos en dólares, ya que sus proveedores todo lo venden en esa moneda. “Mi negocio se viene abajo y la única forma de evitarlo es colocando los precios en moneda extranjera al cambio oficial que indique el BCV”.
Detalla que la mayoría de sus clientes han rechazado esta estrategia de venta. “Se paran en mi negocio y al ver los precios en dólares se van. Entiendo su situación, pero actualmente la mayoría de los comercios en el estado compran a crédito, pero en dólares. Los proveedores no tienen piedad a la hora de cobrar”.
Daniel Ramos vende frutas y comenta que los aumentos por parte de sus proveedores son semanales. “La cesta de guayaba estaba en $18 y ahora está en $25, el durazno de $15 pasó a $20, parchita $8 a $10, la manga pasó de $6 a $10, mandarina de $20-$35, naranja 10-20$ y el coco subió de $20 a $40”.
Dice que el riesgo que generalmente corre es a que se le dañe la mercancía por falta de venta, ya que generalmente el varguense se lleva lo más barato que en este caso es el kilo de durazno que lo vende en 4.000.000 el kilo. “Terminamos rematando la mercancía, pues son productos perecederos con duración es de una semana. Ya nada es rentable en este país, nosotros tratamos, pero se nos hace cuesta arriba”.
El vendedor de pescado Michell Toledo indica que han evitado ofrecer todas las especies, debido al poco poder adquisitivo del varguense. “Anteriormente lo que más se vendía era atún, aguja, cazón o raya, cuyo precio actual van desde 6 dólares en adelante. Ahora solo se vende sardina en 1.200.000 (40 centavos de dólar), cataco en 6.500.000 ($2), corocoro 7.000.000 ($2.22), cojinúa en 8.700.000 ($2.76)”./jd