En vez de descansar, mirar televisión o salir a relajarse en la paya, las amas de casa venezolanas han tenido que invertir el tiempo libre dominical en colas. Desde abastos pequeños hasta supermercados, amanecen llenos de personas que esperan conseguir lo que sea.
En los puntos de venta del automercado Día Día las colas son “perennes”, nada nuevo, según manifiestan sus mismos usuarios, quienes señalan que les ha tocado esperar con paciencia hasta cuatro horas a que llegue el camión.
“Me toca en la semana los jueves, pero aprovecho los domingos porque es cuando no trabajo. A veces se me hacen las cinco y no logro llevar nada. Lo hago por necesidad, porque mi sueldo no da para andar haciendo mercado con los bachaqueros”, dijo Tamara Reyes.
Comentó que además da vueltas por el Abasto Bicentenario y hasta Makro, a ver si lleva a su casa por lo menos un par de kilos de harina de maíz. “Es lo que están vendiendo y quiero aprovechar para las hallacas, aunque todo está caro haré unas pocas. Para mantener la tradición”./MEM/ar