Desireé Castro.- En un recorrido por varias comunidades del estado, se pudo constatar que los varguenses pasan hasta dos meses sin el vital líquido.
“Y cuando viene llega tan turbia, que en vez de limpiar, ensucia, pero eso no es lo peor”’ denuncia María Laya, vecina de Corapalito, “lo realmente preocupante es que los niños se están enfermando”.
Explica que algunos presentan afecciones en la piel, que son difíciles de tratar pues las remedios no son fáciles de conseguir.
En su opinión la escasez se debe, en gran parte, a la cantidad de edificios que construyeron, sin adaptar las tuberías a la cantidad de nuevas viviendas.
Otros vecinos afectados son los de os vecinos de Quebrada de Cariaco, y calle Capana de la urbanización La Marina, pues el agua llega una vez al mes y solo por 12 horas. “Si cuando viene no estas en la casa, pierdes la oportunidad de llenar los pipotes”, comenta Francisco Chirino resiente de calle Capana, quien agrega que las cisternas no son una opción, pues estas no llegan hasta donde ellos residen.
La misma situación se vive en Aquí Está, de Calle Nueva Los Dos Cerritos, cuyos residentes deben llenar sus pipotes en los tanques subterráneos de la escuela Rafael Martínez Salas.
“Hemos pedido cisternas, pero no vienen para esta ruta y no sabemos por qué” expresa la vecina Anais Medina.
En la parte baja de Las Lluvias, también pasan un mes sin agua y cuando les llega es con baja presión, sucia y con mal olor. “Con eso no se puede ni lavar la ropa”, declara Silvina Hernández.
También en Valle del Pino, sufren la escasez, porque aunque les llega el frecuentemente, es agua del río no tratada.
“Hace años nos prometieron que iban a poner los filtros, pero todavía nada. Hidrocapital nos ignora”, comenta Yaneth Barboza
No cuentan con tuberías de Hidrocapital, por lo que usan la misma agua para limpiar, bañarse y hasta cocinar, lo que ha enfermado a muchos niños de la piel y el estómago.
Gesto solidario del Hotel Olé Caribe
Lo costoso de los camiones cisternas hace que los varguenses tengan que surtirse de agua en cualquier toma que este libre, por eso es común encontrarlos en varios puntos de la ciudad con sus tobitos.
Por ejemplo en Macuto, está la toma del Hotel Olé Caribe, de donde se surten personas de esa comunidad y de otras.
“Yo vengo desde Simetaca, Montesano, donde nos viene una vez al mes y dura máximo dos días”, expresa Jorge Olivares, al tiempo que asegura que seguirán llamando a Hidrocapital, hasta que les solucionen el problema.
Los vecinos de las 15 Letras también se surten de esta toma porque tienen casi tres meses sin el vital liquido, y “el agua que sale del hotel tiene buen color y olor.
La toma que hay en Piedra azul es de agua del río, y los vecinos la utilizan porque pasan hasta dos meses sin recibirla por las tuberías de Hidrocapital.
“Aquí rompieron todas las calles porque supuestamente estaban colocando las tuberías, pero era falso y aun no llega el agua”, denuncia Daniel Romero. ah