*Denuncian que cuerpos de seguridad y bachaqueros “se lo llevan todo”
María Elena Moreno
Todos los jueves, los varguenses comienzan a hacer la cola desde 3:00 am en los comercios y oran a los santos poderse llevar aunque sea un kilo de harina a su casa. Muchas veces el madrugonazo, los golpes y empujones son en vano porque entre llanto comentan que no compran nada.
Pese a tener una discapacidad que le impide permanecer mucho tiempo de pie, Marisela Lozada amaneció en la Distribuidora 93, donde se mantuvo pegada a la pared a la espera de comprar “un kilo de harina PAN, una mantequilla y un aceite que fue lo que llegó. Prefiero pasar por esto que pagar a los bachaqueros Bs. 9.000 por una harina”.
A la conversación se sumó Lucía González, quien dijo que “nos acostumbramos a hacer cola para comer. Uno se pone las pilas y salta de negocio en negocio a ver si tiene suerte. Estas golpizas se volvieron normales”.
“Policías y bachaqueros siempre salen ganando”
Estar entre los primeros tampoco es garantía, ya que según denuncian los consumidores que la “prioridad son los policías y al parecer los bachaqueros”, señaló Génesis Calderón, quien llena de nervios contó que a su hijo de un mes le rompieron el labio en medio del despelote, que “estaba dirigido por los uniformados”.
“Cuando sabía que iba a pasar intenté darle el niño a una amiga, quien fue empujada por uno de los funcionarios. Lo más triste es que arremeten contra quienes madrugamos, no contra los bachaqueros que al final del día salen ganadores”.
Otra compradora, con 8 meses de embarazo, denunció haber recibido golpes por parte de una Polivargas, quien usó su casco como arma para impedirle el ingreso al local.
“Qué triste que tenga que matarme para llevarle un kilo de harina a quienes me están esperando en la casa. No hay respeto a los derechos humanos, a la mujer, a nada”, exclamó, mientras lloraba.
Cerca del mediodía se acabó todo, lo que desató la indignación de quienes tenían casi ocho horas bajo el sol. Muchos de ellos se preguntaban qué hacer. Rosa Pérez criticó que “mientras muchos nos vamos sin nada, los policías y sus familiares salen con bultos en carros, burlándose del pueblo”.
Producción de maíz solo cubre el 25% de la demanda
Los encargados de los locales aseguraron que les están llegando menos bultos por despacho, por lo que deben limitar la venta a solo un kilo por persona. Alimentos Polar es la única empresa que está entregando con regularidad la harina de maíz que ahora se volvió oro.
Aquiles Hopkins, vicepresidente de Fedeagro, informó que la poca producción de maíz blanco solo está cubriendo 25% de demanda nacional y “eso casi lo hace solo Polar porque Monaca, que es harina Juana, y Proarepa que están intervenidas tienen una producción casi nula”.
Doña Emilia es otra de las marcas que aún produce, pero surte solo en Portuguesa y Doña Goya que ha empezado a verse en algunas bolsas de los CLAP. “De cada 4 arepas que el venezolano se come, solo 1 es hecha con materia prima nacional. Lo demás depende de maíz importado”.
Lamentó que en 2013 se abasteciera el 60% del consumo de maíz blanco con la producción de 800.050 toneladas, el año pasado solo se produjeron 400 mil “y para el cierre del 2017 creemos que la cobertura será de solo 15%, si sigue la falla de insumos”.
Se resuelve con funche y arroz picado
Entre tanto, los venezolanos hacen magia para comerse una arepa. Algunos optan por el funche, maíz pilado, verduras y tubérculos. Víctor Rada comentó que “también es bueno el arroz picado que venden en los mercados”.
Explicó que “eso se sancocha bastante y después se amasa. Lo he hecho porque no sabe mal y es más barato que caer en manos de los bachaqueros. Un kilo de arroz picado está en Bs. 4.000 y alcanza para varias arepas”. /jd