Andrea Pacheco Galdona
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Sumergidos en un persistente hedor se encuentran los habitantes de Atanasio Girardot. Señalan que las cloacas de la comunidad desde hace veinte años buscan escape por alcantarillas, canales y desagües de las calles de toda la zona, exponiéndolos a un gran riesgo biológico por contacto directo e indirecto.
Declaran que viven angustiados por las enfermedades que pueden padecer debido a la grave contaminación a la que están expuestos constantemente y manifiestan que en diez años la Alcaldía jamás ha atendido su angustioso llamado.
Auristela Rivas explica que hace algunos años Hidrocapital envió a unos ingenieros, quienes dejaron todas las alcantarillas de aguas negras destapadas y jamás regresaron a arreglarlas.
Esto empeoró aún más el inaguantable hedor. ‘‘Dejaron eso así. No les importó ni a ellos ni a la Alcaldía. Lo mismo hicieron con unas casas, las derrumbaron y jamás vinieron a limpiar las ruinas. Ahora eso es un nido de alimañas”.
La comunidad ha buscado la manera de tapar las cañerías, pero afirman que es imposible por la presión con la que drena la materia orgánica hacia las calles.
Culebras salen de la quebrada
Además del grave estado sanitario de las calles, la quebrada de la comunidad no ha sido limpiada desde hace 8 años.
Habitantes afirman que “a cada rato salen culebras. Ya casi no dejamos salir a los niños porque nos da miedo’’.
Asimismo, aseguran que Corpoelec se olvidó de ellos. Tienen meses viviendo a oscuras porque no tienen alumbrado en sus calles./jd