*Aseguran tener que aguantar desde gritos hasta descargas eléctricas
María Elena Moreno.- Los consumidores en su travesía por conseguir alimentos comentan que deben enfrentarse no sólo a la escasez, los “coleados”, los tracaleros y al sol, sino que también deben soportar el constante atropello de los uniformados.
Explican que en muchas oportunidades son “los cuerpos de seguridad los que fomentan el desorden. Ellos son los que reciben los lotes de cédulas y hacen lo que les da la gana con ellos. Si les provoca ponen de primero a los últimos”, dijo Denys Palencia, en el Pdmercal de Guaracarumbo, donde en horas de la mañana se armó una tángana.
Erika García expresó que “tuvimos que trancar la calle para que pusieran realmente el orden. Nos tienen caminando de un lado a otro para llamarnos por cédula y el encargado de hacerlo me apuntó con una pistola. Hay personas a las que le tiran la cédula al piso por rabia”.
Según relatos de los usuarios, quienes acudieron de forma masiva a denunciar, los uniformados los golpean con sus rolos y hasta se ha dado el caso de consumidores que han recibido descargas eléctricas. “Es humillante todo lo que tenemos que aguantar, todo el sacrificio porque no hay comida. Nos tratan de la peor manera”, dijo Luisana Quintero.
Desprotegidos aseguran sentirse, aun más en esta última semana donde los arranques de violencia se han multiplicado. “El mensaje que quiero dar es: presidente Maduro, sepa que la gente se está matando por la comida. Que el pueblo está pasando hambre y que con sólo patria no se come”, exclamó en medio de la multitud Betzabeth Gil.
Ni madrugando pueden comprar
“Vine con mi bebé porque no tengo quien la cuide y me dicen que lo hago por lástima, que soy una sin vergüenza. Desde Puerto Carayaca vine a las 4:15 de la mañana y ni chance de entregar la cédula tuve. Es triste que se presten para estos abusos”, denunció Bárbara Mayora.
Relato similar ofreció Guillermar Batista, quien muy molesta dijo que “soy la número 19 del primer lote, ya va a ser mediodía y aún no he comprado. Dejan entrar a sus amigos, ni madrugando lograré comer. No pueden tratarnos así, somos cabeza de familia no bachaqueros. Están pasados”.
Enfermos pasan “roncha”
Estar en silla de ruedas, con muletas o vendas por alguna operación, tampoco es garantía de un trato más cordial, así lo expresó Maribel Gil, mientras mostraba la herida que tiene en el abdomen, producto de una intervención quirúrgica hace 15 días.
“Llegué a la una de la mañana acompañada porque no puedo cargar bolsas, me tienen caminando de un lado a otro y nada que me nombran. No existe la cola prioritaria, aquí hasta a las personas con discapacidad le gritan y le ofrecen golpes”.
Compras sujetas a la suerte
Luisana Quintero indicó que se corrió el rumor de que a partir de hoy se organizará la cola al azar, es decir, “meterán las cédulas en una caja y las irán sacando. Como sea es una locura. Aquí nadie pone orden y uno se humilla por necesidad”. /MEM/iv