Gleyber Torres pensaba que la semana pasada estaba expresando inocentemente su estilo al ponerse un par de lentes claros. En vez de eso, el campocorto criollo de los Yanquis de Nueva York descubrió el nuevo amuleto de la buena suerte para el equipo.
Viendo por sus anteojos no recetados, Torres pegó un doblete de dos carreras como bateador emergente en la octava entrada del partido del domingo. El batazo impulsó a los Bombarderos a su quinta victoria consecutiva que selló una barrida de cuatro juegos sobre los Orioles de Baltimore en el Yankee Stadium.
«Me siento muy bien con los lentes», dijo el caraqueño. «Los utilicé el año pasado y me fue bien en el plato. Estoy contento porque pude ayudar al equipo. Seguiré llevándolos y trataré de hacer lo mismo».
Torres explicó que todavía utiliza lentes de contacto durante los partidos, pero intentó jugar con los anteojos contra los Azulejos de Toronto en Buffalo el miércoles, cuando pegó un cuadrangular e impulsó cuatro carreras para ayudar a los Yanquis a romper una racha de cinco derrotas consecutivas. Desde entonces, ha bateado de 14-7 (.500) con tres dobles, un jonrón y siete remolcadas.
Y sus compañeros no piensan que sea pura coincidencia. «El primer día que se los puso en Buffalo, los muchachos le gritaban que se los dejara», dijo el manager de Nueva York, Aaron Boone. «Entonces, espero que se los deje».