Para la doctora Gilda Santos el ejercicio de la medicina en tiempo de pandemia ha sido un gran reto y su mayor alegría es observar como mejoran las personas que atiende.
Resalta que es médico por vocación y es por ello que realiza su trabajo con mucho amor y profesionalismo. Me esmero por atender a quienes llegan con una dolencia y ellos ven en mí a la persona sanadora porque también le debemos dar palabras de aliento».
Indica que pertenece a la primera promoción de Medicina Integral Comunitaria y agradece a Hugo Chávez por abrir la carrera.
Resalta que ellos conforman el ejército de batas blancas están en hospitales y ambulatorios, además van a las comunidades «porque un médico tiene que estar en todas partes prestando la debida atención, más en estos momentos de pandemia».
Lamenta el actual déficit de médicos. «Muchos se gradúan y se van del país, pero es necesario quedarse en la patria para atender al pueblo».
Santos trabaja en el ambulatorio Fernando Rísquez de Catia la Mar y refiere que a diario son atendidos más de 60 pacientes en las diferentes áreas./BR