Luisana Brito.- Para finales del 2007, fueron construidos los muros de gavión, prensas y diques para la retención de sedimentos en la cuenca del río Piedra Azul, en Maiquetía, informan los habitantes, quienes notablemente se encuentran preocupados porque con el inicio de las lluvias temen que el terreno se deslice.
Explican que a pesar de que han transcurrido ocho años, el dique está sedimentado y las paredes presentan daños en más de un 80%, ya que se han ido derrumbado con el tiempo, poniendo en peligro a más de 60 familias, que se vieron en la necesidad de construir sus viviendas a los pies del canal.
Voceros del consejo comunal “Piedra Azul”, revelan que la culminación del proyecto ha sido solicitada ante la Gobernación, sin embargo, no les han dado respuesta.
“El agua está acabando con las casas. Cuando llueve con frecuencia, entre las piedras y las ramas crean una barrera que impiden la circulación del agua, además nos deja incomunicados porque los puentes colapsan”, señala Rosy Mendoza.
Leonardo Bompart, vecino, destaca que su mayor miedo es que se genere una avalancha de piedras. “Las telas de metal no soportarán el peso de las rocas y se prevé que con una corriente de agua colapsen. Aunado a que el dique está saturado de sedimentos y maleza”.
Señala que al lugar no se le ha hecho el dragado respectivo, por lo que las estructuras no son seguras para quienes habitan a la orilla del río Piedra azul y sectores adyacentes, como Vilachá. “Aquí nos tienen olvidados, hicieron esas obras y las dejaron abandonadas”.
Por su parte, Dulma Rodríguez manifiesta que hace menos de dos meses, una cuadrilla de mantenimiento de la Gobernación hizo una jornada de desmalezamiento, pero las labores fuertes de dragado y recuperación de los muros se han descuidado. “Limpian por la avenida principal y se olvidan del resto. Hace falta que desmalecen la cabecera, para evitar que las aguas se desborden”.
Agrega que por la falta de contenedores, se ven obligados a arrojar la basura dentro del caudal, y en oportunidades las han tenido de quemar, porque no cumplen con el servicio de recolección de desechos.
“Teníamos un contenedor en la avenida principal y se lo llevaron, porque impedía el paso de los transeúntes. Pero peor fue el remedio que la enfermedad, ahora estamos minados de basura y roedores”.
Pasarela deteriorada
La estructura de metal que los comunica está en estado de deterioro, pues carece de un mantenimiento con material anticorrosivo. “Está oxidada y cada vez más débil. Esta es una de las pasarelas más firmes, porque las otras están a punto de caer”, dice Rodríguez./ep