*Fedenaga asegura que el “el problema no es la regulación de la carne, sino que el poder adquisitivo del venezolano se vino a pique”
Luisana Brito
Halándose los cabellos están los ganaderos venezolanos porque no saben qué va a pasar con las fiscalizaciones que viene realizando la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) y algunos gobernadores, quienes a la ligera calcularon un monto para la carne y el pollo, “que causará impacto mediático”, así lo señala Carlos Albornoz, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga).
Explica que no es posible establecer un precio rígido para la carne, debido a que la inflación se lo comerá en cuestión de meses, e incluso días, y que además la economía no conoce de regulación ni decreto.
“Vendemos una carne muy barata para lo que se debe cobrar y el consumidor no tiene cómo pagarlo. Ese es el gran problema: el salario disminuyó casi a papel de monopolio. El poder adquisitivo del venezolano se vino a pique, en fin, hay una distorsión gigantesca en una economía enferma”.
El presidente de Fedenaga destaca que hasta que el Gobierno no tome las medidas correctivas, el gremio ganadero tendrá mayor desconfianza. “Le hemos dicho que se debe elevar la producción nacional, generar confianza y eso logra entregando los insumos”.
Insiste en que no solo son los insumos específicos para producir, sino “un conjunto de políticas que realmente promuevan la actividad ganadera. Hay que establecer la ruralidad como palanca de desarrollo social”.
Indica que la carne venezolana es la más barata en toda Latinoamérica, que se ubica en 0,40 centavos de dólar, mientras que la colombiana en 1,71 centavos y la paraguaya en 3,34 centavos. “Los paraguayos consumen al menos 44 kilogramos de carne al año y un venezolano ni la décima parte”.
Dijo que hoy se realizará una reunión con representantes del Ministerio de Agricultura y la Sundee para discutir sobre la regulación del precio de la carne, que no solo se fijó en Vargas, si no también en Barinas, Apure, Amazonas, Aragua, entre otros.
1.500 días para producir
Un ganadero se tarda en promedio de 1.500 días para llevar un animal desde que nace hasta el matadero. A partir de allí se inicia un proceso. El animal muere, se le quita el cuero, las vísceras, las patas y la cabeza, hasta convertirse en carne de canal, luego es enviada a los frigoríficos.
Para reponer ese becerro se requiere unos 1.500 días más, en el mejor de los casos. Pero eso no es tan preciso, hay vacas que pueden durar hasta 2 años sin preñarse por múltiples factores, entre ellos el tema nutricional. Si la vaca pare una ternera se queda en el rebaño de las crías.
“Con ese flujo de retorno, la intranquilidad que tiene un productor agropecuario de enviar un producto a un sitio y que su carne pueda ser vendida a la discreción de un funcionario público es bastante alta, desconcertante y hasta preocupante, dice Albornoz./jd