El papa Francisco cierra este domingo en Filadelfia su inolvidable gira de seis días por Estados Unidos, en la que movilizó multitudes y defendió de manera enérgica a los inmigrantes y los más humildes.
El sumo pontífice argentino de 78 años tiene previsto despedirse con una misa en la avenida principal de la ciudad en la que se esperan 1,5 millones de personas que servirá de clausura también al VIII Encuentro Mundial de las Familias católicas.
Antes, se reunirá con los obispos estadounidenses, a quienes ya había encontrado en Washington, y visitará la prisión de Curran-Fromhold para hablar con un centenar de detenidos, una actividad que a menudo forma parte de sus viajes pastorales.
No se descarta un encuentro con un grupo de víctimas de sacerdotes pedófilos. Filadelfia fue una de las ciudades más devastadas por este escándalo en los años 1980.
Francisco ha hablado de lo ocurrido en varias ocasiones durante este viaje, pero siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había reunido con víctimas en Boston en 2008.
Si el encuentro no se materializa, las asociaciones darán a conocer de manera enérgica su descontento, colocando quizás así la única mancha a una gira que ha sido muy exitosa y popular.