Manifestantes opuestos al impopular plan del presidente de Francia, Emmanuel Macron, para subir la edad de la jubilación marcharon el jueves por ciudades y pueblos del país y se enfrentaron a la policía en una demostración final de ira antes de conocer un fallo sobre si la medida cumple con la Constitución.
Horas antes de que comenzara la manifestación en París, los manifestantes amontonaron bolsas de basura ante el Consejo Constitucional, que se esperaba decidiera el viernes si anular toda o parte de la legislación.
Las pilas de basura se retiraron más tarde, pero anunciaban el inicio de una nueva huelga de los servicios de basuras programada para comenzar con las marchas de protesta del jueves. Otra huelga el mes pasado dejó las calles de la capital francesa llenas de residuos malolientes.
“La movilización está lejos de terminar”, afirmó la líder del sindicato CGT, Sophie Binet, en un centro de incineración de basuras en el sur de París, donde cientos de manifestantes bloquearon el paso a los camiones de basuras. “Mientras no se retire esta reforma, la movilización continuará de una forma o de otra”.