*No ven ninguna política económica que apunte hacia una corrección del conflicto
El Fondo Monetario Internacional prevé un incremento de un millón por ciento en la inflación en Venezuela, según expresó Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI .
El organismo también prevé una contracción de 18% en el PIB del país durante 2018, haciendo una comparación con el episodio inflacionario visto en Alemania durante un periodo entre guerras en 1923, y la de Zimbabue en el 2000.
“La situación es similar a la de Alemania en 1923 o la de Zimbabue en 2008”, señala Alejandro Werner, el economista en el FMI a cargo del departamento que sigue la evolución de los países de la región latinoamericana, al comparar la situación de Venezuela con otros precedentes históricos.
Un salario mínimo en Venezuela está fijado 5.196.000 bolívares o 1,5 dólares al mes al cambio no oficial (unos 1,3 euros). Es decir, con esa prestación no puede ni siquiera comprarse una lata de atún, cuyo valor supera los seis millones de bolívares.
El Gobierno de Nicolás Maduro sube estas asignaciones periódicamente. No obstante, el efecto que produce en el marcado está lejos de paliar las consecuencias de la hiperinflación, puesto que de forma automática, cada aumento supone una multiplicación de los precios de la cesta básica, así lo informa el portal de El País.
El FMI señala que Venezuela va a encadenar en 2018 su tercer año consecutivo con una contracción de doble dígito en su economía y va camino de perder la mitad de su producto interior bruto en los últimos años.
La caída de la actividad este ejercicio la atribuye principalmente a la caída en la producción de petróleo y a las distorsiones que sufre la economía al nivel micro, lo que provoca que se desequilibren todos los indicadores macroeconómicos. Las cuentas públicas seguirán deteriorándose.
“El desplome de la actividad económica, la hiperinflación y el creciente deterioro en los servicios públicos (salud, electricidad, agua, transporte y seguridad) así como la falta de alimentos a un precio subsidiado está alimentando los flujos migratorios”.
Manifestó que no se ve ninguna línea de política económica que apunte hacia una corrección de la situación de profunda crisis económica, social y humanitaria que vive el país.