En una reunión virtual, Alberto Fernández analizó directamente con Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, los informes publicados que documentan las graves violaciones y abusos cometidos por el gobierno de Nicolás Maduro y sus funcionarios de seguridad en contra de los venezolanos.
Tras la reunión, instruyó a su canciller Felipe Solá y al embajador Federico Villegas Beltrán votar y apoyar la resolución 45 que convalidó el informe de Bachelet y que deja al descubierto muchas de las arbitrariedades cometidas en Venezuela.
“El presidente ya lo había leído, pero quería interiorizarse personalmente sobre el informe. Analizaron los dos informes. El del Alto Comisionado y el del Grupo de Lima”, aseguraron fuentes del gobierno de Argentina al diario Clarín.
Pero sobre este último documento, que desarrolló la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela, Fernández subrayó que contiene deficiencias serias e importantes y consideró que hubo consideraciones sesgadas.
En cambio, el mandatario resaltó el informe de Bachelet, que señala que las instituciones en Venezuela están erosionadas y da cuenta de abusos y ejecuciones cometidas por las fuerzas de seguridad, además del debilitamiento del sistema de justicia y de la libertad de prensa.
“Acá no estamos apoyando la política de nadie, sino defendiendo el compromiso de nuestro espacio ante la violación de los derechos humanos en un país. Coincidieron en condenar y abortar cualquier intento de intervención militar en Venezuela”, dijeron los informantes a Clarín sobre la posición del Fernández.
“Alberto le prestó atención y le dio entidad. Bachelet es una expresidenta, amiga de nuestro espacio político y nadie duda sobre su compromiso con los derechos humanos”, señalaron las fuentes. Recordaron que la propia Cristina Fernández consideró en 2017 que en Venezuela no hay Estado de Derecho.