«Ómicron, con su grado extraordinario y sin precedentes de eficiencia de transmisibilidad, finalmente encontrará a casi todos», dijo el Dr. Anthony Fauci, principal epidemiólogo de Estados Unidos.
«Aquellos que han sido vacunados tienen un refuerzo, estarían expuestos. Algunos, tal vez muchos de ellos, se infectarán, pero muy probablemente les irá razonablemente bien en el sentido de no necesitar hospitalización o estar en riesgo de muerte».
En una audiencia en el Senado aseguró que los no vacunados tienen 20 veces más probabilidades de morir, 17 veces más de ser hospitalizados y 10 veces más de infectarse que los vacunados. Síntomas menos severos y durante menos días se relacionan directamente a la vacuna.
“Los que todavía no están vacunados se van a llevar la peor parte en el aspecto grave de esto. Y aunque sea menos grave en cada caso, cuando cuantitativamente hay tantas personas infectadas, una parte de ellas va a morir”.
Vacunas te alejan del hospital
En cuanto a la discusión sobre la eficacia y el hecho de que los vacunados se contagien y transmitan el coronavirus, el pediatra y especialista en enfermedades infecciosas Renato Kfouri le explicó a BBC Brasil que la primera ola de vacunas contra la covid-19, que incluye CoronaVac y los productos desarrollados por Pfizer, AstraZeneca, Janssen, entre otros, tiene como objetivo reducir el riesgo de desarrollar las formas más graves de la enfermedad, que están relacionadas con hospitalizaciones y muertes.
«Las vacunas protegen mucho mejor contra formas más graves que contra formas moderadas, leves o asintomáticas de covid. Cuanto más severo es el resultado, mayor es su efectividad», resume Kfouri, director de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones (SBIm).
El objetivo principal de estas vacunas, por lo tanto, nunca fue detener la infección en sí, sino hacer que la invasión de coronavirus fuera menos dañina para el organismo.
Este mismo razonamiento se aplica a la vacuna contra la gripe, que ha estado disponible durante décadas.
La dosis, que se ofrece todos los años, no necesariamente previene la infección por el virus de la influenza, pero evita las frecuentes complicaciones en los grupos más vulnerables, como los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos.
Ha salvado la vida de millones
Mirando el escenario más amplio, la protección contra las formas más severas del virus tiene un impacto directo en todo el sistema de salud: reducir la severidad de las infecciones respiratorias es sinónimo de salas de emergencias menos concurridas, mayor disponibilidad de camas en las salas o UCI y, por supuesto, más tiempo para que el equipo de atención médica trate a los pacientes adecuadamente.
Los datos muestran que las vacunas están jugando muy bien ese papel: según el Commonwealth Fund, la aplicación de dosis contra el coronavirus evitó, hasta noviembre de 2021, un total de 1,1 millones de muertes y 10,3 millones de hospitalizaciones solo en Estados Unidos.
El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que se ha salvado la vida de 470.000 personas mayores de 60 años en 33 países de América desde que comenzó la vacunación.