Doriana León.- La escasez de medicinas es cada vez más evidente y lo padecen a diario los pacientes crónicos, quienes peregrinan más de 10 farmacias al día para conseguir sus tratamientos.
Fanny Reyes, regente de la farmacia Mar Azul, en Carlos Soublette, con más de 35 años desempeñando su profesión en el estado, señala que nunca antes había tenido los anaqueles tan vacíos como en la actualidad.
“Aunque el deslave de 1999 fue un golpe duro para el estado, siempre recibíamos a los proveedores al menos dos o tres veces por semana. Quienes no podían llegar porque no tenían rústicos, nos llamaban y nosotros íbamos directamente a las droguerías a buscarlos”.
Indica que decidió estudiar farmacia, pues su padre estuvo 50 años dedicado al área. “Inicialmente quería ser veterinaria, pero me incliné por continuar con el negocio de la familia”
Destaca que “ha sido una experiencia satisfactoria entregar a los enfermos el fármaco para la sanación de sus patologías. Sin embargo, en los últimos años nos sentimos impotentes porque vemos a decenas buscando sus medicinas y no podemos responderle porque simplemente no tenemos el principio activo”.
Explica que hay fallas críticas en los medicamentos para el control de la hipertensión arterial, los antibióticos para niños, los fármacos contra el hipotiroidismo, antidepresivos, anticonvulsivos y psicotrópicos en general.
Los ingresos que reciben por concepto de misceláneos y otros productos, son los que ayudan a mantener esta farmacia donde trabajan dos hermanos. Ha sido una herencia familiar de casi cuatro décadas.
«Esto es un negocio de tradición familiar y tratamos de mantenerlo activo, a pesar de las dificultades, para garantizar el servicio a los clientes que siempre han confiado en nosotros».DLR/jd