Familiares de reos detenidos en calabozos del Cicpc claman atención
Aunque más de 100 familiares, la mayoría mujeres, reconocen el esfuerzo que hace la policía científica en Vargas por mantener a los detenidos con condiciones mínimas de higiene dentro de los calabozos de Caraballeda, elaboraron una serie de propuestas a fin de que su situación mejore.
La información la ofrece Carolina Estevez, vocera de los allegados de los reos, quien expresa que recientemente realizaron un trabajo en las tuberías, que les permita disfrutar del vital líquido y puedan asearse a diario. “Antes lo hacían una vez a la semana con los bidones que les traíamos, lo que fomentaba la escabiosis, que aun existe”.
Otra de las peticiones tiene que ver con la gestión, de al menos una vez a la semana, de jornadas de integrales de salud que incluyan barbería. “Queremos, también, que puedan comer a las 12 del mediodía; y que se incorpore otro día a la visita, que actualmente solo se hace los miércoles y no pasa de cuatro minutos”.
También pedirán acabar con el retardo procesal que, según cuenta, tiene a muchos inocentes viviendo un calvario. “Precisamente para acabar con el ocio queremos que los muchachos puedan recibir cursos mientras se encuentren en el calabozo, de manera que si logran salir en libertad hayan aprendido algún oficio que les ayude en su reinserción a la sociedad”.
“Cada vez que les hacen requisas terminan botando sus productos de higiene personal, como jabón y pasta dental, que en la actualidad cuesta Dios y su ayuda conseguir. Por eso queremos que los jefes del Cicpc eviten desecharles estos productos”.
Estevez asegura que están dispuestos a crear una comisión para que les asee las áreas en Caraballeda al menos una vez al mes.
Finalmente, le recuerda a los sabuesos que “los familiares no somos malandros, ni tampoco malos. Por eso pedimos un mejor trato hacia nosotros de parte de los petejotas, que además deberían hacer un curso de atención al público”.
Epidemia de piojos en puerta
“Han pasado muchos días sin que ni siquiera los afeiten. Están muy peludos y -según cuentan- muchos hasta tienen piojos, por eso queremos que los jefes del Cicpc hagan lo mismo que en Polivargas, donde les llevan jornadas de barbería a los privados de libertad”, expresa otra pariente, quien pide mantener su identidad en resguardo.
Rechazan que no puedan declarar libremente a la prensa. “No podemos quejarnos, pues si lo hacemos quienes pagan son nuestros familiares. Pero no podemos quedarnos callados, ya que todos son seres humanos”.