Conscientes del riesgo que representa trabajar con los cauchos lisos, pero sin opción de parar el servicio, se encuentran transportistas del estado, quienes señalan que deben continuar con su rutina diaria mientras esperan por la dotación.
Yoalvis Veranmendez indica que comprar una chiva es una inversión no rentable, pues hay casos donde las colocan y se explotan de una vez. “Estoy que me paro porque ando con los cauchos lisos y es un peligro. No lo he hecho porque estoy trabajando para completar y comprar uno nuevo. Tengo tres que aún aguantan”.
Declara que los transportistas están entre la espada y la pared, pues si se paran no tienen ingresos y si siguen trabajando ponen en riesgo su vida y la del pasajero. “Estamos pasando por una situación muy difícil, donde tenemos que resolver para mantenernos operativos”.
Felix Alonso expresa que desde el año pasado la proveeduría no les vende cauchos, por lo que les ha tocado seguir trabajando lisos para poder costear uno bachaqueado. “Hay que andar lento con mucha precaución, porque trabajar así es un riesgo”.
Alejandro Rosales asegura que en esos casos el prefiere parar la unidad y resolver para comprar uno nuevo. “Yo prefiero no trabajar así porque luego es peor el remedio que la enfermedad. Estamos esperando que lleguen a la Proveeduría a ver si podemos comprar. Los míos todavía están nuevos por eso estoy trabajando”.
Detallan que un caucho nuevo oscila entre los Bs. 100 y una chiva en buen estado Bs. 30 mil.LH/jd