Falta de órganos y crisis hospitalaria afectan a quienes esperan transplantes
Un total de 67 niños y niñas que han fallecido en las áreas de Nefrología y Hemodiálisis del Hospital José Manuel de los Ríos de Caracas, según cifras de Prepara Familia.
En un trabajo especial de BBC Mundo se dio a conocer que la escasez de inmunosupresores, un medicamento vital para que el cuerpo no rechace al órgano trasplantado, puso en jaque al ya golpeado sistema de trasplantes. Como consecuencia, el gobierno envió una carta a los centros de salud anunciando la paralización del programa, afectando a todos aquellos que requerían un nuevo órgano.
Belén Arteaga, jefa del servicio de Nefrología del JM de los Ríos, afirmó que a esta realidad se suma la crisis hospitalaria. «Antes teníamos de todo: laboratorio, radiología, área quirúrgica. En la actualidad a veces no podemos hacer una simple hematología, que es algo muy básico», dijo.
Esta situación ha llegado incluso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En febrero de 2018, el organismo otorgó medidas cautelares para los pacientes del área de Nefrología del JM de los Ríos y pidió al gobierno venezolano tomar acciones para garantizar la vida de los niños. En 2021 volvió a pronunciarse y pidió la reactivación de los trasplantes de órganos.
Lucila Cárdenas, miembro de la directiva de la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV), denunció que «solo se están realizando unos pocos trasplantes de vivo a vivo en clínicas privadas», con un costo de «más de 70.000 dólares».
La donación de órganos de cadáver a vivo incluye los trasplantes de riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino. Mientras que de donante vivo a paciente vivo incluye solo de riñón e hígado. «Esto deja por fuera a 98% de la población que requiere un trasplante», dice Cárdenas.