La reina Isabel II falleció este jueves en el Castillo de Balmoral (Escocia) a los 96 años tras 70 de reinado, el más largo de la historia de Inglaterra y de cualquier otra monarquía europea.
Murió rodeada de toda su familia (hijos, nietos y bisnietos) en el habitual retiro veraniego de la familia real británica, uno de sus lugares preferidos. «La reina murió pacíficamente en Balmoral esta tarde», anunció la Casa Real británica en un comunicado.
La salud de la monarca más longeva y popular del Reino Unido comenzó a declinar desde que muriera, en abril de 2021, su esposo, Felipe de Edimburgo.
La monarca pudo presenciar las celebraciones en todo el país en julio por sus 70 años de reinado, el Jubileo de Platino, e incluso estuvo en condiciones de recibir en su residencia escocesa al primer ministro saliente Boris Johnson, y de encargar a su sucesora, Liz Truss, la formación de un nuevo Gobierno en su nombre.
A pesar de las tormentas y contratiempos vividos por la Casa de los Windsor durante este tiempo, la popularidad de Isabel II se mantuvo robusta hasta el final de lo que los historiadores definen como la “segunda era isabelina”.
Una era que comenzó en 1952, conocida por algunos como la nueva era isabelina, ha terminado. La mayoría de las personas que viven en el Reino Unido y en la Commonwealth no habrán conocido un momento sin ella como monarca, según recogen los medios locales.
Nuevo soberano
“Es un momento de gran tristeza para mí y todos los miembros de mi familia», dijo su hijo Carlos en un comunicado emitido tras el fallecimiento de su madre.
Como heredero aparente desde la edad de tres años, ha sido el heredero al trono con más años de servicio en la historia británica. Al convertirse en soberano, Carlos tendrá la opción de tomar cualquier nombre que elija para su reinado. Por ejemplo, el verdadero nombre del rey Jorge VI era en realidad Alberto. Dos monarcas anteriores se han llamado Carlos.