Un centenar de civiles murieron madrugada del sábado en la localidad de Solhan, al norte de Burkina Faso, en el ataque más sangriento registrado en este país africano desde el inicio en 2015 de una ola de violencia yihadista, informaron fuentes de los servicios locales de seguridad.
«Individuos armados llevaron a cabo una incursión asesina en Solhan, en la provincia de Yagha. El balance, aún provisional, es de 100 personas muertas, hombres y mujeres de edades diversas», dijo a la AFP una fuente de los servicios de seguridad. Según otras fuentes locales, el ataque tuvo primero por objetivo un puesto de las milicias antiyihadistas Voluntarios para la Defensa de la Patria y después las casas de los habitantes, que fueron ejecutados.
El gobierno calificó a los atacantes como terroristas, pero ningún grupo se ha responsabilizado todavía del ataque. Los ataques de yihadistas vinculados a AlQaeda son sin embargo habituales en este país del Sahel, así como en Malí y Níger. En la zona también actúan el Grupo para el Apoyo del Islam y los Musulmanes (JNIM), y Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS).
La violencia en Burkina Faso, que acoge además a unos 20.000 refugiados de Malí, ha desplazado en dos años a más de un millón de personas.