*El Presidente Nicolás Maduro les aprobó $22 millones que no han rendido frutos palpables
María Elena Moreno
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A más de un año de la ocupación de la planta de la trasnacional Kimberly Clark con la que prometían abastecer al menos el 30% de la demanda de pañales colocando en el mercado unos 25 millones de unidades en el mercado pero aún no se ha cumplido.
Ahora la empresa lleva por nombre Cacique Maracay y tiene nueve líneas de producción que parecen estar paradas pues ni a través del CLAP Maternal se han dejado ver los pañales desechables similar a lo que ocurrió con los famosos Guayucos dados a conocer en el 2009 cuando con la propuesta de abastecer la red pública Mercal y Pdval con 144 millones de pañales al año.
Pañales importados que equivalen a un cuarto del salario mínimo es lo que se consigue en los anaqueles obligando a las madres a resolver con trapos. Los despachos de Pampers, única fábrica de regulados, son intermitentes y se ven solo en el mercado bachaquero hasta en Bs. 80 mil un paquete.
De las 58 líneas de producción de pañales que hay en el país, que incluyen marcas como Consentido, Chico, Comoditos, Dondi, Freskecito, operan en menos de 20% de la capacidad por la grave escasez de materia prima que hicieron saber al Consejo Nacional de Economía en agosto del 2016 pero la queja no tuvo respuesta.
Hasta ahora se deben más de 170 millones de dólares a proveedores extranjeros repartidos en materia prima, maquinaria y repuestos y no liquidan divisas al sector desde noviembre de 2015.
“¿Dónde quedaron los recursos del Fondo Chino?”
En marzo del año pasado se aprobaron los 230 millones de dólares provenientes del Fondo China-Venezuela para adquirir los 14 los componentes importados en un lapso no superior a 150 días pero sindicatos de las pañaleras han denunciado por Twitter que todavía no les ha llegado el primer lote de insumos.
“Nos preguntamos dónde está esa materia prima y no tenemos respuesta. Lo poco que consiguen los dueños de la empresa por sus medios lo destinan a producir toallas clínicas, pañales de adulto y toallas húmedas porque es más rentable” declaró Carlos Pérez, vocero del sindicato de Corpañal, fabricante de la marca Consentido y Mimadito.
Aseguró que la mayoría de las pañaleras nacionales han optado por esta salida ante la negativa del Ejecutivo a responder la solicitud de materia prima al precio justo. En fábricas como Fanalpade muchos trabajadores han renunciado y se han ido del país por temor a que la escasez obligue a los propietarios a declararse en quiebra y que queden “en el aire”. /MEM