Líbano pidió al ejército que ponga bajo arresto domiciliario a un número no especificado de funcionarios del puerto de Beirut responsables del almacenar el nitrato de amonio que este martes provocó la explosión que hasta ahora ha dejado al menos 135 muertos.
«Aseguramos a las familias de los mártires y heridos y a los libaneses que estamos determinados a continuar con las investigaciones, revelar las circunstancias de lo que sucedió lo antes posible y que los responsables y negligentes rindan cuentas, y aplicarles el castigo máximo», prometió el presidente del Líbano, Michel Aoun.
Además, el gobierno libanés decretó el estado de urgencia durante dos semanas, anunció la ministra de Información, Manal Abdel Samad.
El ministro de Salud, Hamad Hassan informó que unas 5.000 personas resultaron heridas por la explosión. «Sin duda todavía hay (víctimas) bajo los escombros y recibimos decenas de llamadas por desaparecidos».
El gobernador de Beirut, Marwan Aboud, indicó que unas 200.000 personas se quedaron sin domicilio debido a los enormes daños que, según él, afectaron a más de la mitad de la capital, de unos 2 millones de habitantes. «Estamos trabajando para proveer comida, agua y vivienda».
Decenas de edificios quedaron inhabitables y muchos otros sufrieron daños en sus bases, por lo que deberán ser demolidos. Aboud calculó los daños entre unos 3.000 y 5.000 millones de dólares.
Según las autoridades, unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio, almacenado «sin medidas de seguridad» en el puerto de Beirut originaron las explosiones, las peores de la historia de la capital libanesa.