De irresponsable calificó el gremio de salud el silencio del Gobierno por los 22 casos de fiebre tifoidea registrados en centros de salud privados de Caracas, desde final de octubre.
Denunciaron además el deficiente control sanitario de establecimientos donde manipulan alimentos y la falta de disponibilidad de agua potable, principales fuentes de contagio. También les preocupa que no se cumpla un verdadero seguimiento epidemiológico a esta enfermedad que debe ser de reporte obligatorio semanal.
Los síntomas suelen empezar por fiebre intermitente y dolor estomacal que puede confundirse con dengue y complicarse. También provoca escalofríos y malestar en general a causa de la bacteria Salmonella entérica serovar typhi. Las amenazas de contagio están en alimentos contaminados o la manipulación de los mismos, sin el debido lavado de manos, además del consumo de agua que no sea potable.
Douglas León Natera, presidente de la Federación Médica Venezolana, señala que “el Gobierno de manera irresponsable no ofrece esta información”.
Recuerda que a finales de la década de los 80 se sabían las cifras, las cuales tuvieron un ligero ascenso en el año 2003 y a partir de 2016 no se maneja la información epidemiológica al respecto.
Esto permitiría conocer los focos y evitar rebrotes, así como implementar políticas de prevención e información a la colectividad.
Señala que aunque la mortalidad es baja, se debe confirmar el diagnóstico con exámenes de laboratorio y con especificaciones de hemocultivos, para administrar el tratamiento a tiempo a fin de evitar la muerte.