Es la historia de un amor. No se contaba con palabras, se contaba con imágenes. Todo parecía miel sobre hojuelas, los protagonistas eran Alejandro Fernández y Karla Laveaga.
No estaba en las hojas de un libro, se narraba en las redes, en Instagram, y en ellas la gente conoció sus viajes y hasta a su mascota (“Kalum”, un perro gran danés que llegó a sus vidas en abril), pero esos capítulos se terminaron.
Ya no había fotos juntos, la última imagen en la cuenta oficial de Alejandro (@alexoficial)que se registró con ellos juntos (correspondiente a un “jueves del recuerdo”) fue el 14 de mayo, y era una instantánea de ellos dos en París frente al Puente de las Artes, aquél en el que las parejas dejaban candados simbolizando su unión eterna.
Pero nada es eterno, y así como ese puente quitó sus candados, las fotos de los enamorados desaparecieron, hasta ayer.
En la cuenta de “El Potrillo” apareció una fotografía de ellos dos juntos, con la frase “Perdóname”, y ambos con la sonrisa a flor de labios. Otro capítulo de esta historia fue con una foto de ella abrazando a “Kalum”. La frase volvía a reanimar esta historia: “Te amo, eres mi vida”, firmada por el dueño de la cuenta.
Parecía que la llama del amor regresaba, pero no fue así, Alejandro posteó una selfie en la que reclamaba que ella usara su cuenta para incluir mensajes que no correpondían.
“No se vale lo que estas haciendo en mi IG @karlaveaga no se vale, k pena estar pasando por esto”, escribió el cantante, lo que hace pensar que esta historia sólo la busca continuar una persona, y no es él.
Por ahora, las sospechas de un hackeo por parte de Laveaga quedaron en el aire y los comentarios de los fans de Alejandro no se hicieron esperar, defendiéndolo, e incluso dándole consejos para que eso no vuelva a suceder.