Hubo un amplio consenso entre los ministros de Economía de la zona euro. Ante una recuperación incipiente, frágil y un entorno de incertidumbres, toca mantener los estímulos para reactivar la economía y seguir guardando la disciplina fiscal en el congelador.
“No habrá una parada repentina y el conjunto de la política fiscal continuará apoyando a la economía”, dijo el presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe, al final del Eurogrupo que tuvo lugar la semana pasada en Berlín y que supuso su estreno en el cargo para el que fue elegido en julio.
“Respecto a la política fiscal para el 2021, dado el actual elevado nivel de incertidumbre, una retirada prematura del apoyo pondría en peligro la frágil recuperación”, insistió el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que añadió que si se calculaba mal el momento de suprimir estas medidas de incentivación de la economía habría un riesgo claro de perjudicarla.
La prudencia viene avalada por los datos. Después de un segundo trimestre desastroso, la actividad económica tuvo un fuerte repunte en junio y julio, pero en las últimas semanas ha vuelto a reducirse al aparecer nuevos brotes de la Covid-19.
Con este panorama, el cálculo de la Comisión Europea es que a finales del 2021 la mayoría de países no llegará al nivel equivalente del PIB anterior a la crisis. En concreto, habrá una distancia media del 2,5%.
Todo depende de cuando llegue la vacuna
En el fondo, todo va acabar dependiendo en parte de los avances en la vacuna contra la Covid-19. Los rebrotes que han seguido al gradual levantamiento de los distintos confinamientos añaden una incertidumbre sobre cuándo podrá vislumbrase el final de la crisis.
Y sin vacuna, sin garantías para volver al restablecimiento de la actividad económica normal, es difícil pronosticar cuando se podrán volver a aplicar las normas fiscales que, en tiempos normales, rigen en la eurozona.
“No sería enviar la señal adecuada, nadie sabe cuándo acabará la crisis, nadie sabe cuándo tendremos acceso a la vacuna. Mientras, tenemos que combinar el desafío de la seguridad sanitaria con la necesidad de la recuperación económica”, dijo el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire.
Ayuda de 750.000 millones de euros
El 21 de julio los líderes de la Unión Europea acordaron un paquete de estímulo histórico por el que el bloque emitirá una deuda conjunta de 750.000 millones de euros para ayudar a los estados miembros a hacer frente a la recesión económica.
El acuerdo requirió la aprobación unánime de los 27 estados miembros y supone una victoria para la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, que redactaron un primer esbozo de la propuesta en mayo. El fondo de emergencia otorgará 390.000 millones de euros de ayudas y 360.000 millones de euros de préstamos a bajo interés.