La filial afgana del Estado Islámico se atribuyó este jueves la responsabilidad por el ataque perpetrado en las afueras del aeropuerto de Kabul, donde al menos 72 personas perdieron la vida, entre ellas 60 civiles afganos y 12 militares de Estados Unidos.
El número de heridos supera los 150, entre ellos 15 soldados estadounidenses.
Dos atacantes suicidas se hicieron estallar en medio de la multitud, que espera desde hace días afuera del aeropuerto con la esperanza de abordar alguno de los vuelos de evacuación internacionales, mientras hombres armados abrieron fuego contra la multitud, que huyó despavorida en medio del caos desatado por las explosiones.
La filial afgana de los extremistas, conocida como Estado Islámico de Khorasán o ISIS K, en referencia al viejo nombre de la región, dijo que el objetivo del ataque era asesinar a soldados estadounidenses y sus aliados afganos.
El comunicado incluía la foto de uno de los presuntos militantes que se inmolaron, que posa con un cinturón de explosivos frente a la bandera negra del grupo radical. El mensaje no menciona al segundo suicida ni a los atacantes armados, reseñó Deutsche Welle.
El Estado Islámico asegura que el atacante pasó sin mayores dificultades los controles de seguridad talibanes y también los de Estados Unidos, pudiendo llegar hasta solo 5 metros de distancia de un grupo de soldados estadounidenses, traductores y colaboradores, donde hizo detonar sus explosivos. Entre las víctimas hay también milicianos talibanes.
Los radicales consideran traidores a los talibanes, por haber negociado un acuerdo de paz con Estados Unidos. El comunicado fue divulgado por la agencia del EI, Amaq, a través de su canal de Telegram. Washington prometió buscar a los responsables del ataque y advirtió que otras acciones similares pueden volver a ocurrir en los próximos días.