En el Hospitalito de Catia la Mar, los médicos no cuentan con los medicamentos necesarios para los pacientes ni siquiera con el equipo de bioseguridad para el personal.
Cuando hay suerte, tienen 5 ampollas de analgésicos y protectores gástricos para los dos turnos, por lo que cuando llega la tarde, ya se agotaron. “Llegan pacientes con dolores lumbares, de muelas y vamos utilizando los medicamentos en la mañana”, explicó el médico rural, Luis Sotillo.
Los pacientes se suelen molestar cuando les explican que no cuentan con medicinas para entregarles y que deben comprarlas y cumplir su tratamiento. “Se molestan, insultan y algunos ni siquiera reciben los récipes”.
Comentó que la situación no es culpa del personal de salud, ya que ellos “hacen demasiado con asistir al centro”. 7 de 10 médicos viven en Caracas, por lo que por problemas de la crisis del transporte, pueden llegar tarde a su turno.
“También vienen en horas que no son de consultas y piden récipes o permisos para sus familiares, pero tenemos que irnos por lo legal y examinar a ese paciente antes de entregarles algo”, explicó. / VC.