* Residentes usan sus recursos para paliar la situación
Karla Matos
Debido a la poca frecuencia con que retiran la basura de La Soublette, Corapal y Tanaguarena, la alarma crece cada vez más en sus residentes, no solo por el mal olor que se cuela a sus hogares, sino también por las afecciones respiratorias, intestinales, conjuntivitis y neumonías que sufren niños y ancianos.
“He vivido aquí 40 años y he llevado mi denuncia a todos lados. La situación no cambia” expresó Alicia Lima, comerciante.
En La Soublette se observa una montaña de basura sobre la quebrada y sus adyacencias, cuestión que se ha vuelto común en el lugar.
Estas comunidades han dejado de denunciar la precaria situación y se han visto en la obligación de buscar distintos métodos para lidiar con el problema, utilizando sus propios recursos: limpiar con kerosene, gasoil o pagarle a otros para que recojan los desperdicios, pues en muchos espacios no hay contenedores.
Los más optimistas le hacen un llamado al alcalde José Alejandro Terán para que le busque pronta solución a la recolección de desperdicios en estas comunidades./jd