Llena de fe y esperanza, la feligresía venezolana se congregó este 30 de octubre para celebrar la solemne bajada de la Virgen de Chiquinquirá en Zulia. Entre gaitas, aplausos y alegría, se llevó a cabo la eucaristía que se atrasó al menos una hora debido a la lluvia.
Monseñor José Luis Azuaje indicó que las fiestas patronales servirán para definir, para agradecer y rescatar los valores.
El evento fue transmitido tanto por medios televisivos, como por redes sociales, lo que permitió que los migrantes venezolanos pudiesen disfrutar de la ceremonia.
Nuestra señora de Chinquinquirá, cuenta la historia, llegó a Maracaibo sobre las olas del lago, cuando una mujer terminaba de lavar su ropa en las orillas del mismo. Repentinamente vio flotando una tablita de madera fina, la cual recogió pensando en que le podría ser útil para tapar la tinaja de agua que tenía en el corredor de su casa.
A tempranas horas del día siguiente, la mujer escuchó unos golpes como si alguien estuviera llamando, cuando fue a ver lo que sucedía quedó sobrecogida de asombro al ver que la tablita brillaba y en ella aparecía la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá.