Una montaña de basura y un río de aguas negras forman parte del paisaje en la comunidad de Los Olivos de La Soublette, donde los recolectores de desechos sólidos de la Alcaldía de Vargas tienen dos semanas sin pasar.
El basurero de la entrada de José Félix Ribas es utilizado por habitantes de esa comunidad, por los de La Redoma, La Vuelta y la calle Ricaurte, lo que causa que los desperdicios se acumulen “en un momentico”, de acuerdo a Ana Jaspe, residente de la zona.
Agrega que el botadero no tiene contenedor, por lo que cada vez que llueve los desechos son arrastrados calle abajo por el agua.
De acuerdo a Isa Milano, vocera del consejo comunal de la zona, la situación está atentando contra la salud de los lugareños: “La mayoría de los habitantes de aquí está o ha estado enferma por la contaminación. Aquí hay casos de escabiosis, chikungunya, problemas respiratorios; sin contar con que los zancudos, moscas y gusanos se nos están metiendo para las casas”.
Milano agrega que la Alcaldía y la Gobernación no se ponen de acuerdo. “Se supone que son revolucionarios, que están por el pueblo, pero lo que se ve es una guerra entre ellos. Yo también soy revolucionaria, pero eso no significa que tenga una venda en los ojos”.
Indica que las aguas negras fluyen por la calle principal desde hace un mes, cuando colapsó una tubería: “La misma comunidad ha tenido que buscar la manera de resolver esta situación, porque del Gobierno nadie ha venido”.
Asegura que la situación provocó el volcamiento de uno de los jeeps que presta servicio a la comunidad de José Félix Ribas en el que resultó herido el conductor. Extendió un llamado al alcalde Carlos Alcalá Cordones y al gobernador Jorge Luis García Carneiro a “dejar la guerra y ocuparse de los problemas del pueblo”./CH Foto: Juan Gómez