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Entierro de la Sardina en Naiguatá: 60 años de colorido y tradición

 

*Este año solicitarán que sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

María Lourdes Arráez

mlalaverdad@gmail.com

El Miércoles de Ceniza, bien temprano en la mañana, dentro del centro de acopio de los pescadores de Naiguatá comienza a organizarse todo para venerar a la sardina antes de lanzarla al mar. Este año es especial, se conmemoran 60 años desde que un grupo de cultores del pueblo decidiera rescatar la tradición mágico-religiosa.

Previo al recorrido, las viudas comienza su trajín de embellecerse y todo el mundo aporta su granito de arena, unos traen accesorios, otros maquillan, peinan pelucas y arman el “féretro” donde viajará la difunta por todo el pueblo.

Antes de caer el sol, se organiza la parranda al ritmo de “Fo, fo, fo, la sardina se murió, fo, fo, fo, ya la llevan a enterrar”. Este año, el alcalde José Alejandro Terán se sumó a los cargadores y llevó la sardina hasta la plaza La Colmena, donde Juan José Montes ofició la tradicional misa.

Juan Manuel Nais, el popular “Comiquita”, tiene 49 años siendo una de las viudas, y asegura que son las más importantes de la festividad, pues son las que acompañan el entierro llorando a la sardina mientras recorren el pueblo y se lanza al mar.

“Un amigo, que aún es viuda, me animó a participar y desde ese día hasta hoy me compenetré con la costumbre. Los naiguatareños nos caracterizamos por cuidar las tradiciones culturales que nos dejaron nuestros antepasados, es algo que se lleva por dentro, por eso la hemos cuidado”.

“La Chúa” repitió como reina 33 años después

Ramón Quintero fue elegido como “Reina de la Sardina 2018” durante la elección que se realizó el Martes de Carnaval con la participación de más de 5 mil personas que acudieron a disfrutar del colorido espectáculo.

Aunque es su quinto reinado, desde 1985 no llevaba la corona, por lo que asegura estar muy orgulloso de dejar en alto su acervo familiar.

Porta con orgullo la corona de los 60 años, “soy reina 33 años después por quinta vez, soy parte de esta costumbre desde los 15 años y ya es parte de mi cultura. Esto se lleva en la sangre y ahora se suman mis nietos Xavier y Gabriel”.

Pedirán que sea declarado patrimonio

Nelson Merentes recuerda que Naiguatá es una parroquia que tiene muchas manifestaciones culturales, algunas de mayor data, otras como la sardina, de 60 años, y otras un poco más nuevas. Hay alrededor de 27 tradiciones que todos los años celebran los habitantes de la parroquia y sus visitantes.

“Algo emblemático es que la Sardina de Naiguatá, que está cumpliendo 60 años, es una tradición soportada en una figura muy próspera de este pueblo, donde los hombres tienen una vestimenta similar a la de las mujeres, se reúnen, eligen su reina, se hace un decreto previo, donde unos días antes se dicen las particularidades de lo que sucedió en el año en la parroquia de manera jocosa”.

Señala que están adelantando gestiones para que muchas de esas manifestaciones sean Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, tal como lo son los Diablos Danzantes y San Pedro, “ahora estamos sobre San Juan, que es una celebración que trasciende inclusive las fronteras de Venezuela, y dos fiestas que son muy particulares de aquí, esta de la sardina, y cuando estalla la revolución y la contrarrevolución, el Día de los Santos Inocentes”.

“Debemos mantener nuestra esencia”

Juan José Montes Romero personifica al popular cura desde hace 60 años. Cuenta que cuando se sumó a la festividad iba a participar como viuda, “donde era la casa de los Cáceres, nos estábamos vistiendo con Manuel Lamas, pero a mí la pantaleta no me quedaba bien y una compañera me dijo que tenía que ser una talla M, me la coloqué bien chévere; en ese momento, vino alguien de pueblo arriba a decirle al difunto Roberto que Héctor Cáceres “Chamarruca”, cultor de la burriquita, no podía ser el sacerdote, él se acerca y me dice, ‘José ¿tú quieres ser cura?’, yo le pregunté, ‘¿qué hace el cura?’, me responde, ‘confesar a las viudas’; bueno, me quité el traje, pero me dejé las pantaletas, me puse mi batola y seguí”.

Señala que en 60 años han pasado muchas cosas buenas y muchas cosas negativas, inclusive pensó que en 1985 se iba a perder la esencia de la festividad, porque era mucho bochinche.

“Ese día salimos, nos devolvimos y la enterramos”, pero siguieron adelante para que el pueblo tuviera conciencia de que no podían perder sus costumbres y tradiciones, “así nos dimos cuenta que podíamos lograrlo, porque mi pueblo es claro exponente de diversas manifestaciones que contribuyen a guardar nuestra memoria”.

Agradecen apoyo gubernamental

El jefe civil Xavier Quintero agradece el apoyo que brindó el gobernador Jorge Luis García Carneiro, la primera dama María de García, el secretario de gobierno José Manuel Suárez y el alcalde José Alejandro Terán.

“Es vital que nuestros gobernantes siempre apoyen nuestras tradiciones, estamos formando a la población de relevo para que las expresiones culturales perduren en el tiempo”.

Resalta el buen comportamiento que mostró el pueblo durante los días de Carnaval y muy especialmente durante la lectura de decreto de la sardina./va

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