Más de cuatro mil personas visitaron el pueblo para disfrutar de la manifestación cultural
Lorena Correa, Loreclaverdad@gmail.com.- Para afianzar la tradición al ritmo de la parranda se llevó a cabo el popular “Entierro de la Sardina” en Naiguatá, que ya festeja su 58 aniversario.
Propios y visitantes se dieron cita, una vez más, para celebrar por todo lo alto al ritmo de las parrandas, con el “llanto de las viudas” y coreando el famoso canto: “Fo, fo, fo la sardina se murió; fo, fo, fo ya la vamos a enterrar”.
Tradición procedente de España
Los integrantes del grupo folklórico “Entierro de la Sardina” informaron que la tradición proviene de España y que en Naiguatá se celebra desde hace 58 años como símbolo del inicio de la Cuaresma, donde se entierran los pecados y comienza el momento de la penitencia.
“Es el momento cuando los agricultores le agradecen a la tierra por las verduras y los pescadores por la buena faena. Todos aprovechan para pedir abundancia y prosperidad”.
Se conoció por parte de la directiva que alrededor de cuatro mil personas asistieron a la actividad este año, entre visitantes, medios de comunicación, documentalistas y estudiantes.
Rituales y costumbres
Como todos los años, el centro de acopio de los pescadores de Naiguatá abrió sus puertas para que todos los personajes que participan en la celebración se prepararan para el sepelio de la sardina.
Mujeres de la comunidad ayudaron a maquillar a los participantes, transformándolos en “viudas”. Se les colocan vestidos negros, mallas, tacones y hasta uñas pintadas. Estos personajes se convierten en la parte más vistosa de la tradición.
Una vez listas y luego de recorrer las calles en compañía de todo el pueblo, de los visitantes y de las comparsas, el sacerdote se encarga de confesar a las viudas.
Viudas lloran la pérdida
José Avilán informó que todas las viudas lloran a la sardina desde que sale hasta que la entierran. “Nos encargamos de darle el toque de teatro y carisma a la festividad”.
Indicó que durante todo el año pasado estuvieron realizando actividades pro fondos para poder llevar a cabo la celebración. “Hasta la fecha somos 35 personas que nos encargamos de mantener la tradición, entre viudas, maquilladores, pescadores y colaboradores”.
Agradeció a la Gobernación; a Jackson Domínguez, de Colunvar; a Andrés Goncalves, secretario de Seguridad; a Xavier Quintero y a Nelson Merentes por el apoyo a la manifestación cultural.
“Quiero manifestar mi descontento con el presidente de Fundacev, Jesús Vizcaíno, porque no aprobó el recurso solicitado”.
Ramón Quintero aseguró que empezó en la tradición a los 15 años y a sus 62 años se siente orgulloso de formar parte de una de las festividades más emblemáticas de Vargas y Naiguatá.
“En el 1960 Roberto Izaguirre propuso incluir una particularidad diferente a la tradición, que los hombres fueran quienes se vistieran de viudas para enterrar a la Sardina y hasta la actualidad se mantiene”.
Afirmó que está coordinando a las nuevas generaciones para que se mantenga en el tiempo la esencia de este patrimonio. “Me bautizaron como la súper abuela por ser una de las viudas con más tiempo”.
El Sacerdote
El popular sacerdote del Entierro de la Sardina y fundador de la celebración, Juan José Montes, asistió a la actividad un año más para confesar a la viudas y ser el mediador entre el bien y el mal durante el recorrido del sepelio, ya que los diablos tratan de llevarse a la sardina. Él evita que eso ocurra.
“Yo pensé que en el año 1985 esta tradición iba a desaparecer, porque la gente estaba comenzando a darle otro sentido a la festividad y todo terminaba en desastre y malos momentos. Por eso mi llamado es a mantener las tradiciones y las costumbres”.
Las 14 carrozas de los carnavales de Vargas estuvieron este miércoles en Naiguatá como parte del cierre del asueto, así lo informó María de García, presidenta de la Fundación Regional El Niño Simón. “Felicitamos a todas las parroquias por el excelente trabajo, todas fueron ganadoras”./jd