María Elena Moreno, memlaverdad@gmail.com.- Cada vez hay más locales cerrados en el mercado comunitario de Catia la Mar donde, los pocos que sobreviven a la crisis, aseguran pasar semanas enteras sin vender nada. Manifiestan pensarlo dos veces antes de ir al trabajo, pues últimamente les ha causado más pérdidas que ganancias.
Magaly Marval, declara que “desde diciembre, no hay movimiento. Los compañeros se han ido porque ya no pueden invertir más. El alza de los precios espanta a los clientes”.
Revela que sobre todo el rubro de la ropa, es el que está más afectado. La escasez de tela y la dificultad para importar piezas ha triplicado el costo de las mismas, que se han vuelto “un imposible” para los informales.
“Ya compro por media docena y a veces. Bultos es imposible. Cada vez que voy abastecerme los precios son alarmantes. Antes iba hasta de forma quincenal, pero ahora, por lo que se ve, tocará subir mensual”.
Piden más seguridad
Otro grupo de vendedores, que prefirieron el anonimato, solicitan a las autoridades encargadas duplicar la seguridad en los pasillos, sobre todo los fines de semana. “La pensamos para venir porque es peligroso. En las mañanas, ya han atracado a varios compañeros. La seguridad está abajo en la entrada. No llega a los locales de arriba. En diciembre, varios comerciantes fueron víctimas de robo de mercancía”, expresa un vendedor.
Asimismo, aprovechan para solicitar que la recolección de desechos solidos sea más expedita. “A veces pasan días sin recoger la basura, el cuarto de la basura se pone hediondo, sale el olor y es desagradable, porque cerca está la venta de comida. Así no es atractivo”. /MEM/ep