Luisana Brito.- Entre Bs. 130 y 260 diarios gasta una familia de la Pedrera, en Canaima, Carlos Soublette, comprando botellones de agua mineral, esto para medio bandearse ante la escasez del líquido por tuberías, que viene azotando la región desde hace dos años, aproximadamente.
Marlene Jiménez explica que tras llevar 29 días sin recibir el servicio, debe comprar garrafones de agua mineral en la bodega más cercana para cocinar y bañarse, mientras que para el resto de los quehaceres del hogar, les pagan a los cisterneros privados, ya que no son beneficiados con los operativos de las instituciones públicas.
“El camión tarda hasta dos semanas en venir. Uno tiene que salir a la calle, botellón en mano, para tratar de comprarlo. Antes, uno lo encontraba con facilidad, hoy en día hay que caminar bastante y donde se consigue lo venden carísimo; se aprovechan de las necesidades del pueblo”.
Agua de manantial
Destaca que, aunque les llega a través de mangueras desde el manantial, solo dura unas cuantas horas. “Siempre tiene mal olor y llega de vez en cuando. Los trabajadores de Hidrocapital nos dicen que es porque no ha llovido. En otros sectores de Canaima, las cisternas son más constantes, pero por acá nunca vienen”.LB/ep