A partir del 1º de enero entrará en vigencia el nuevo Plan Diocesano de Pastoral 2023-2032 que lleva por nombre Predicar Juntos el Evangelio, el cual tendrá una duración de 9 años para su implementación progresiva y ejecución sobre todo en los consejos parroquiales de pastoral.
En la misa celebrada por el obispo de La Guaira Raúl Biord en la Catedral San Pedro Apóstol, con motivo de los 250 años de la visita pastoral de monseñor Mariano Martí a estas comunidades, se firmó la promulgación del segundo plan diocesano bajo la inspiración de otro gran misionero, San Francisco Javier que llevó el evangelio a la India, Malasia, Japón y China en donde murió.
“Nuestro plan diocesano expresa el compromiso de ser una Iglesia renovada, donde todos, sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos, construyamos una pastoral de comunión, trabajando en conjunto con criterios comunes. Quiere ser un camino de pastoral orgánica y que dé una respuesta eficaz para atender las exigencias de nuestra iglesia local”, expresó monseñor en su homilía.
Explicó que el título de este segundo plan de pastoral propone dos énfasis: predicar el Evangelio, que es la misión de la Iglesia, y el segundo énfasis es predicar juntos el Evangelio. “Nos indica dos dimensiones esenciales de la Iglesia, la comunión y la sinodalidad. La evangelización es un mandato que recibimos como comunidad, no de forma individual ni aislada. La sinodalidad permea todas las instancias: diócesis, parroquias, pequeñas comunidades, centros e instituciones”.
22 orientaciones parroquiales
Monseñor fue enfático al decir que una parroquia no es una comunidad cerrada ni aislada, sino con puertas y ventanas abiertas a otras parroquias, zonas pastorales, a la diócesis y a toda la Iglesia. Pero, también a su entorno social y esto no solo por razones de eficacia para el enriquecimiento de ideas y ampliación de relaciones humanas, sino por fidelidad a la propia esencia. Una Iglesia en comunión y en misión.
Recordó que desde 2014 han realizado 8 asambleas diocesanas de pastoral, precedidas por muchas asambleas parroquiales que han sido momentos de encuentro fraterno, expresión de comunión y de reflexión sobre el camino pastoral de la diócesis. La primera evaluación del primer plan que llevaba por título Para vivir la alegría del Evangelio fue ejecutada por los consejos parroquiales de pastoral, los secretariados diocesanos, los sacerdotes, religiosas y diáconos.
El consejo diocesano de pastoral coordinó durante el año 2022 la elaboración del nuevo plan y una vez integrados los aportes, se presentó para su aprobación en reuniones del clero, del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral. “Podemos afirmar con alegría que este plan nace de la escucha de todos los agentes, parroquias, secretariados e instancias. El discernimiento espiritual nos ha llevado a responder qué debemos hacer para ser una Iglesia más evangelizadora, samaritana y ministerial, discípula y misionera”.
El plan está dividido en dos partes, la primera llamado Directorio Diocesano, que expresa cómo quieren que sea la diócesis y sus distintas instancias, las zonas pastorales, las parroquias, las pequeñas comunidades y el espíritu que las debe animar. La segunda parte presenta 22 orientaciones pastorales para los próximos 9 años.
«Queremos con la gracia del Espíritu concretar la evangelización en nuestras comunidades, de forma de contribuir a la construcción del proyecto de Jesús, es decir, el Reino de Dios. Nos comprometemos, como dice el título de nuestro plan, a Predicar juntos el Evangelio con criterios comunes. En pocas palabras, queremos juntos colorear de Evangelio nuestra realidad».
250 años de visita pastoral
En su sermón se refirió a la visita pastoral del obispo Mariano Martí realizada desde el 26 de noviembre de 1772 hasta el 29 de diciembre, cuando partió a Chuao. En su recorrido dejó como legado un valioso testimonio documental, a través de una crónica de la realidad social, cultural y religiosa de los pueblos en el siglo XVIII, narrando muchos datos de la fe y religiosidad de las comunidades visitadas.
En este mes están haciendo otra visita pastoral en los mismos días y lugares. Con la comisión diocesana recogerán la crónica de cómo es la realidad actual de las comunidades para dejarlo a la historia, sobre todo para proyectarlo hacia el futuro para descubrir cuáles son los desafíos pastorales.
Vivir la alegría del evangelio
El presbítero Abelardo Bazó, párroco de la Catedral de La Guaira y canciller, en la lectura del decreto de promulgación, destacó el camino sinodal hecho para la implementación y evaluación del primer plan pastoral, y la construcción del nuevo plan que incluyó asambleas parroquiales diocesanas, reuniones de clero y secretariado; de comisiones y consejos diocesanos de pastoral.
Encomendó vivamente su estudio y socialización, así como su progresiva implementación al vicario de pastoral, a los directores y asesores de distintos secretariados diocesanos, a los coordinadores de zona pastoral, a los sacerdotes, diáconos, religiosas, laicos y en particular a los consejos parroquiales de pastoral.
“Las instancias diocesanas realizarán un plan operativo cada tres años con una planificación y evaluación anuales de acuerdo con las orientaciones de este plan. Pido a todos que acompañemos la ejecución del plan. Rezar juntos nos ayudará a identificar como comunidades e incorporarnos en el dinamismo de renovación pastoral”.
Por su parte, el diácono Félix Pérez manifestó que el segundo Plan Diocesano se ofrece como un camino de pastoral orgánica y una respuesta eficaz para atender las exigencias de una iglesia local, a través de sus indicaciones programáticas, concretas, objetivas y con métodos de trabajo. “Nos invita a ir al encuentro del otro, a compartir la propia experiencia y la buena noticia de cómo Dios actúa en la vida de cada uno, formando así parte de una parroquia, de una comunidad, de una pastoral, de un movimiento y de una Iglesia que evangeliza. Todos estamos comprometidos en este proceso de conversión pastoral, este segundo plan diocesano es un punto de llegada, pues recoge tanto los frutos del plan para vivir la alegría del evangelio 2016-2020, como los aprendizajes y experiencias inéditas de la pandemia”.
Por: Laura De Stefano