Desde hace más de dos semanas, pasajeros y conductores denuncian el déficit de rústicos para cubrir la ruta Santa Ana-Maiquetía. Afirman, que están en paro técnico por falta de unidades.
Carlos Delgado, presidente de la asociación 13 de Febrero-El Rincón, indica que la crisis los llevó a paralizar el servicio, le notificaron a Imvitracv de la situación, pero hasta la fecha no ha dado soluciones al problema.
“Ya los choferes no podemos hacer nada, la situación escapa de nuestras manos. Los repuestas están muy caros y más del 50% de los rústicos están inservibles, ya cumplieron sus años de operatividad. Deben aprobarnos nuevas unidades”.
Asegura que de 10 minibuses, solo cinco están operativos, por lo que no pueden continuar prestando el servicio a la comunidad.
Pasajeros se las ingenian
Mireya Berroteran informa que tienen más de tres meses padeciendo la falta de unidades. En ocasiones prefiere pagar una carrera a 300 bolívares que esperar por más de tres horas que llegue una unidad.
“Lo más preocupante es que no siempre tenemos dinero para pagar una carrerita. Las autoridades deben ayudar al sector transporte con la adquisición de repuestos, pues los principales perjudicados somos nosotros. En algunas oportunidades, los autobuses de El Rincón nos prestan el servicio, pero hasta cuándo esteremos sumergidos en la desidia. Ya es hora de buscar soluciones, porque vamos de mal en peor”.
María Cedeño indica que en las horas pico deben ingeniárselas para llegar a sus residencias, pues las pocas unidades que prestan servicio no tienen capacidad para cubrir la demanda de pasajeros.
“Llegamos a la parada a las 6:00 pm, son las 9:00 pm y todavía no llega un carro. Esta calamidad nos mantiene pasando dolores de cabeza, además tampoco hay un fiscal que ponga orden. Fontur debe atender las necesidades de las rutas troncales porque están colapsadas y a punto de desaparecer”.
Choferes trabajan con las uñas
Mario Díaz, conductor de la ruta, afirma que los carros tienen más de 40 años de existencia y ya no dan para más. El trote durante los últimos meses los llevó a la paralización total. Ante la carencia de repuestos nuevos, los de segunda mano no duraron más de seis meses.
“Estamos contra la pared y sin salida, los precios de los repuestos están por las nubes. Además la vía está llena de baches y solo colocan pañitos de agua tibia que no duran nada”. LC/ep