«Solo contamos con la atención médica, pues ya no dan las medicinas», señala Rafael Nova, paciente del ambulatorio Carlos Soublette, en Caraballeda, quien agrega que «ahora debemos indagar en farmacias privadas, cuyo precios triplican la pensión y el salario”.
Dice que también ha buscado medicamentos en centros de salud aledaños. “La calidad del servicio en el ambulatorio ha decaído». Recuerda que «hace dos días mi esposa, quien es hipertensa, le recetaron el Losartán Potásico. Estas pastillas solían darlas en el ambulatorio. Ahora debo reunir tres sueldos y pedir prestado para comprar una caja”.
Pide al Ministerio de Salud y al Gobierno regional abastecer los ambulatorios para que ofrezcan el servicio completo «tal como lo pregonan».RR/jd